DAVID SÁNCHEZ SE SENTARÁ EN EL BANQUILLO
Sánchez y sus vuelos de evasión: Falcon y agenda internacional como coartada a cada escándalo
Hoy desayunamos con las portadas de los periódicos destacando que el hermano de presidente del Gobierno se sentará en el banquillo de los acusados. Con este panorama, se está convirtiendo en una práctica habitual que Pedro Sánchez ponga tierra de por medio, cada vez que le explota un escándalo tan gordo que le salpica de lleno.

El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, a bordo del Falcon presidencial.
¿Coincidencia o modus operandi? España se agita y Sánchez despega. El patrón ya no admite dudas: cada vez que un escándalo judicial o político alcanza a su círculo más cercano -o a su propio apellido-, el presidente de este Gobierno de coalición activa el protocolo de huida. El Falcon, la diplomacia y la fotografía internacional sustituyen a las explicaciones. Se cambia el mudo en otras latitudes por lo que deberían ser comparecencias y ruedas de prensa.
Hoy desayunamos con las portadas de los periódicos destacando que un Sánchez Pérez-Castejón se sentará en el banquillo de los acusados. No será el actual inquilino del Palacio de la Moncloa. Pero sí, su único hermano. Es un hecho sin precedentes en las democracias de nuestro entorno, donde además también está imputada la esposa del jefe del Ejecutivo, su anterior mano derecha en el Gobierno y en el PSOE, y a un paso de que corra la misma suerte el actual secretario de Organización socialista. Por no hablar del único Fiscal General del Estado investigado hasta la fecha.
Con este panorama, se está convirtiendo en una práctica habitual que Pedro Sánchez ponga tierra de por medio, cada vez que le explota un escándalo tan gordo que le salpica de lleno. Es más, ya se puede asegurar con los datos en la mano que en el preciso instante en el que la tormenta política arrecia, el líder socialista no da la cara: coge el Falcon y aterriza en algún palacio extranjero. Los viajes de Estado como estrategia de escape ante cada bochorno que compromete a su entorno.

El presidente del Gobierno dirigiéndose hacia el avión en el que suele viajar.
Hoy: tú en Badajoz y yo hacia Estambul
Mientras las redacciones aún imprimen el auto de procesamiento de la magistrada Beatriz Biedma contra David Sánchez Pérez-Castejón -David Azagra, como le gustaría que le llamaran en su nomenclatura artística- por prevaricación y tráfico de influencias a causa de la plaza obtenida en la Diputación de Badajoz, el jefe del Ejecutivo pone rumbo a Turquía.
La jueza ordena sentar en el banquillo al hermano del presidente por su polémico puesto de 'trabajo' como director de orquesta, pero Pedro Sánchez no comparece, no responde, no explica. Simplemente se marcha. Él prefiere hoy el Palacio Presidencial turco y una audiencia con Recep Tayyip Erdoğan. Un destino tan lejano como oportuno.
Podría pensarse que es una casualidad, fruto de una agenda internacional como la de pocos primeros ministros. Sin embargo, basta con echar la vista atrás y comprobar lo que ha sucedido en anteriores circunstancias tan delicadas para los intereses presidenciales.

Pedro Sánchez estrecha su mano al líder chino Xi Jinping.
Abril: "Begoña" en el informe de la UCO... viaje a Asia
El pasado 8 de abril, la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil vincula a "Begoña" -sin el Gómez, pero a nadie se le escapa que esposa del presidente- con el rescate millonario de Air Europa. La investigación apunta a gestiones y vínculos que podrían comprometer su papel en unos asuntos de Estado que nada tienen que ver con su figura de primera dama.
Solo unas pocas horas más tarde, el jefe del Ejecutivo aterriza en el Sudeste Asiático para visitar Vietnam -primero- y China -después-. La excusa: negociar en plena crisis de los aranceles. El propósito real: apagar fuegos nacionales con la niebla asiática.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su paseo con el primer ministro indio, Narendra Modi.
Octubre: 'caso Errejón', foto en la India... y dana
El 24 de octubre, estalla el caso Errejón, con acusaciones de acoso sexual, varias denuncias anónimas de otras muchas mujeres y con la actriz Elisa Mouliaá como denunciante ante los juzgados.
La izquierda se tambalea, Sumar se divide, y el 'sanchismo' recoge metralla indirecta. No en vano, comparten coalición en el Consejo de Ministros. El fuego se expande desde el entorno de Yolanda Díaz a Podemos, pasando por Más Madrid, y acechando a Ferraz.
El 27 de octubre Sánchez aparece por las calles de India. Allí le explota la tragedia de una dana que arrasa varias localidades, deja calles anegadas, hogares destrozados, familias sin nada y 228 muertos. Ante tanta indignación ciudadana, su prioridad es no pisar la zona cero, ni política ni climática.

Pedro Sánchez, saludando al rey de Marruecos, Mohamed VI.
Febrero: Koldo, Ábalos, PSOE... y Marruecos
Por si esto no fuera suficiente, el 21 de febrero de 2024 estalla el caso Koldo -con detención incluida del exasesor del exministro de Transportes-, que pasó a ser el caso Ábalos y que ha mutado hasta convertirse en el caso PSOE.
El escándalo es todo un misil a la línea de flotación del secretario general socialista debido a la presunta corrupción en la venta de mascarillas, que es lo que se conoce en ese primer momento, antes de que se empiecen a multiplicar las derivadas corruptas en torno a su exmano derecha -José Luis Ábalos- en el Gobierno y en Ferraz. Hoy ya sabemos que la bola de nieve judicial no para de crecer.
Ese mismo día, el 21 de febrero, Sánchez busca la foto con Mohamed VI en Rabat. El jefe del Ejecutivo se desplaza hasta Marruecos, donde reafirma la hoja de ruta que firmó sobre el Sáhara Occidental en 2022.
¿Casualidad o causalidad? Apunta a estrategia
No es una anécdota, para los expertos en comunicación política responde más a una estrategia. Cada viaje exterior responde a una sacudida interna. Cuando la verdad incomoda, Sánchez gira el rostro hacia el extranjero. La diplomacia le sirve de coartada, el Falcon de cápsula de escape.
Los datos están ahí, el presidente apenas responde. No es amigo de entrevistas, mucho menos en medios no afines. Pisa el Congreso lo justo. Al Senado lleva 14 meses sin acudir. Prefiere las cumbres internacionales a las sesiones de control a su Gobierno, los flashes y los brindis con mandatarios lejanos, a las ruedas de prensa con múltiples preguntas.
De hecho, podría parecer que Pedro Sánchez ha elevado la huida institucional a categoría de estilo político. Mientras la justicia cita a su entorno y la opinión pública exige respuestas, él protagoniza fotos de familia internacionales. No andan muy desencaminados los que apuntan a que en el 'sanchismo' cada escándalo tiene un destino. Y cada crisis, un despegue.