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CORRUPCIÓN EN EL PSOE

Sánchez vuelve a mentir en su carta la militancia: "No conocíamos el informe de la UCO; expulsamos a quienes nos fallas, otros no"

El presidente del Gobierno se permite el lujo de sacar pecho en su misiva a las bases socialistas. Es significativo también que el jefe del Ejecutivo acuse a la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil de poner el informe que acorrala a Santos Cerdán en manos de la derecha, con un objetivo muy concreto que desliza Pedro Sánchez, y que no es otro que hacer caer a su Gobierno.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, escribiendo en el Palacio de la Moncloa. 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, escribiendo en el Palacio de la Moncloa. 

Abel Martín
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La historia se repite. La faceta epistolar de Pedro Sánchez es ya un recurso desesperado sintomático de una situación límite. Como cuando hace meses se cogió cinco días de asuntos propios por amor a su mujer. El presidente del Gobierno ha vuelto a escribirle a sus fieles. No para dar explicaciones, sino para dar lecciones. En una larga carta a la militancia, el líder socialista se declara víctima de una operación de "demolición moral", se disculpa en nombre de un partido "limpio" y acusa a la derecha de instrumentalizar el informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil que señala directamente a su segundo secretario de Organización del PSOE -tras José Luis Ábalos, Santos Cerdán-. Pero entre líneas, el texto delata lo de siempre: relato por encima de la realidad, propaganda frente a responsabilidad.

Cada vez que la corrupción se asoma a Ferraz, Pedro Sánchez busca refugio en la epístola militante. Esta vez no ha sido distinto. En su carta de junio, el presidente apela a la “templanza” y la “claridad” para afrontar el escándalo que salpica a Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE. Pero lo que ofrece es exactamente lo contrario: un discurso diseñado para eludir la autocrítica, reafirmar su posición y victimizarse políticamente.

Sánchez admite que “la decepción es enorme” y que “soy el primero en pedir perdón”, pero de inmediato contrapone esa decepción con una supuesta superioridad moral del PSOE frente al PP y Vox: “Nosotros expulsamos a quienes nos fallan; otros los protegen”. Obvia mencionar que Cerdán seguía en su cargo hasta ayer, que no había sido cesado inmediatamente, ni investigado por el partido, y que el informe de la UCO no ha provocado ni una sola medida interna. Ninguna de verdad, al margen de las estétitcas.

La carta de Pedro Sánchez a la militancia del PSOE.

La carta de Pedro Sánchez a la militancia del PSOE.

Ábalos, 16 meses de amparo; Cerdán, respaldado

El líder socialista hace malabares para sostener la tesis de que el Gobierno no conocía el informe de la Guardia Civil antes de su publicación en prensa, lo que, según él, prueba la “salud democrática” del país. Pero no explica por qué, sabiendo del contenido del informe desde hace semanas, Moncloa y el PSOE -tanto monta, monta tanto- han optado por silenciar y proteger a Santos Cerdán. 

Este lunes, casi 16 meses después, el PSOE expulsa a José Luis Ábalos del partido. Lo hace, tras haber pactado con él votaciones en el Congreso, desde que pasó al Grupo Mixto. El contacto siempre se ha mantenido entre el exministro de Transportes y Ferraz. De hecho, puede que se esconda detrás de todo un pacto de no agresión. Veremos a partir de ahora. Los tres acompañantes de Pedro Sánchez en la banda del Peugeot declaran la próxima semana en el Tribunal Supremo.

Tres cuartos de lo mismo ha sucedido con Santos Cerdán. Arropado hasta el último momento. Ha 'dimitido' cuatro días después de que se conociera ese informe demoledor y devastador de la UCO. No sin antes, permitirle que recogiera sus pertenencias y documentos del despacho de la sede nacional socialista. Con lo que eso implica: posible destrucción de pruebas. Tampoco hay que olvidar, que se le ha ofrecido el abogado penalista con el trabaja habitualmente el PSOE. 

'Que viene el lobo 2.0.'

El resto del texto es una concatenación de mantras ideológicos. Una nueva versión de ese argumentario que tan bien le ha venido a Sánchez. El de alarmar sobre 'que viene el bobo 2.0'

Además de los ataques a “la derecha y la ultraderecha”, apelaciones a “la España decente”, un repaso de las mejoras legislativas en transparencia y un clásico final en tono épico: “No hemos venido a ocupar sillones. Hemos venido a mejorar la vida de la gente”. Cual salvador.

Sin embargo, el contexto judicial contradice la postal edulcorada. El caso Ábalos sigue en instrucción con nuevas ramificaciones, el papel de Cerdán en la adjudicación de contratos públicos está bajo la lupa de la UCO y la Fiscalía Europea, y hay más de una decena de nombres vinculados al PSOE bajo sospecha por tramas de corrupción, tráfico de influencias o espionaje. La financiación ilegal del Partido Socialista sobrevuela ahora mismo las siglas de la formación.

Y, mientras tanto, Sánchez convierte las cartas en su púlpito emocional. Una suerte de estado del relato en el que se presenta como víctima de una conspiración mediática y judicial urdida por una derecha sin proyecto, sin valores y sin escrúpulos, según él. Una simplificación binaria que choca con la realidad, pero que sigue siendo su mayor herramienta de supervivencia política. Es significativo también que el jefe del Ejecutivo acuse a la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil de poner el informe que acorrala a Santos Cerdán en manos de la derecha, con un objetivo muy concreto que desliza Pedro Sánchez, y que no es otro que hacer caer a su Gobierno.

El final está cerca. Y Pedro Sánchez lo sabe, aunque no quiere reconocerlo. Tic, tac, tic, tac, tic, tac.

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