sucesos
Estafa cruel en Burgos: falsa doctora y su hijo engañan a enfermos y maltratan perros
La Guardia Civil destapa en Burgos una trama deleznable: una madre y su hijo, acusados de estafar 150.000 euros a pacientes vulnerables con falsos tratamientos médicos, también regentaban un criadero ilegal de perros en condiciones deplorables. Seis víctimas han sido identificadas, pero podría haber más.

Pastillas y objetos incautados en el registro de la vivienda de la falsa doctora en Burgos.
La miseria humana no conoce límites, y en Burgos se ha destapado un caso que lo demuestra con creces. La Guardia Civil ha detenido a una madre de 48 años y a su hijo de 24, acusados de estafar más de 150.000 euros a al menos seis personas desesperadas por mejorar su salud. La mujer, sin titulación médica, se hacía pasar por neurocirujana, seduciendo a sus víctimas con promesas de curación a través de tratamientos personalizados que resultaron ser una farsa. Pastillas de herbolario a 285 euros la bolsa, sesiones de acupuntura y kinesiológica por casi 1.900 euros: así engatusaban a pacientes en situación de extrema vulnerabilidad, aprovechándose de su dolor físico y emocional para llenarse los bolsillos.
La investigación, bautizada como operación ‘Adabur’, comenzó tras la denuncia de una mujer que, harta de engaños, destapó el fraude. La falsa doctora, con un poder de persuasión que calaba hondo, se colaba en la intimidad de sus víctimas, extrayendo información personal para manipularlas mejor. Su hijo, cómplice indispensable, preparaba y enviaba las dosis de “medicamentos” comprados en parafarmacias, mientras gestionaba los cobros exorbitantes.
Pero la trama no termina ahí. Durante un registro en su domicilio en la comarca Odra-Pisuerga, la Guardia Civil descubrió un criadero ilegal con 18 bulldogs ingleses hacinados en condiciones insalubres, sin permisos ni cuidados adecuados. Los perros, como las personas, eran víctimas de la codicia de esta pareja, que incluso estafaba a quienes pagaban por cachorros que nunca llegaban. El Seprona ha levantado actas por múltiples infracciones, mientras los investigadores sospechan que la lista de damnificados podría crecer. Con un estetoscopio, botes de hierbas y etiquetas sin información legal incautados, la justicia ya tiene en sus manos las diligencias. Pero para las víctimas, el daño ya está hecho: su confianza, su salud y su dinero, robados por quienes se aprovecharon de su esperanza.
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Manuela Herreros