Los aliados internacionales de Sánchez: Albares coquetea con Irán, el protector de Hamás, en la ONU

La asistencia de Pedro Sánchez a la ONU no sólo sirve para hacer anuncios como que mandará el Ejército a escoltar a la flotilla de Greta Thunberg en su viaje a Gaza, sino que además las delegaciones de los diferentes países aprovechan para mantener encuentros y reuniones con otras naciones, citas que sirven para ver los intereses o el camino que sigue la política internacional de un Gobierno, en este caso el de España. Por eso, resulta muy llamativo que uno de los encuentros que ha realizado el Ejecutivo de Sánchez sea con Irán, el principal defensor y financiador de los terroristas de Hamás, justo cuando se ha optado por una deriva de demagogia con el conflicto de Palestina y de confrontación con Israel.

De esta forma, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha mantenido un encuentro con la delegación de Irán en la ONU. El contenido de la misma no ha trascendido, pero precisamente esta reunión se produce con la guerra en Gaza encima de la mesa y la posición beligerante del Gobierno de Pedro Sánchez hacia Israel. Irán, más allá de ser un régimen dictatorial donde los derechos humanos brillan por su ausencia, es una de los principales apoyos de los terroristas de Hamás. Una cita que irrita todavía más a los israelíes y que les da argumentos para acusar a Sánchez de estar blanqueando y justificando a Hamás con su política internacional.

El vínculo entre la República Islámica de Irán y Hamás no es nuevo ni casual. Responde a décadas de alianzas políticas, ideológicas y militares que han convertido a Teherán en el principal sostén internacional del movimiento islamista de Palestina. Los terroristas que dominan Gaza han encontrado en Irán un socio clave para resistir a la presión de Israel y el régimen de los ayatolás, con el que se reunía alegremente Albares en la ONU, ofrece respaldo diplomático, financiación, entrenamiento y suministro de armas.

A pesar de que Hamás es un movimiento suní y la élite iraní pertenece al islam chií, las diferencias religiosas han quedado en segundo plano frente a un enemigo común: Israel. Desde la década de 1990, Irán ha financiado a Hamás con cientos de millones de dólares. Estos fondos se han utilizado para pagar salarios, mantener la maquinaria propagandística y, sobre todo, construir la infraestructura militar en Gaza: túneles, cohetes de corto y medio alcance, drones y sistemas de comunicación. Para Teherán, los terroristas son un pilar esencial de su llamada “resistencia islámica” y parte de la estrategia para proyectar influencia en Oriente Medio. Vamos, personas muy adecuadas con las que el Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido tener reuniones en la ONU en este preciso de agitar desde el sanchismo a Palestina como cortina de humo. Por cierto ¿Le habrá dicho Albares a los ayatolás que Hamás libere a los rehenes o se habrá limitado sonreírles sin rechistar? Creo que sabemos la respuesta.