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¿Habrá boda roja en la política española este invierno?

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La icónica serie televisiva Juego de Tronos tuvo su cénit en el capítulo noveno de la temporada tercera, en la que varios personajes principales mueren de manera sorpresiva e impactante durante el desarrollo de una boda.

Para los fans de esta serie -entre los cuales me encuentro- esta escena representó un antes y un después en la magnífica trama de la obra de George R.R Martin, pero viéndola en su totalidad y con perspectiva, parece que una escena similar puede tener traslado a la política española en la negociación presupuestaria.

Pedro Sánchez, Mª Jesús Montero, Santos Cerdán, Bolaños, Puigdemont, Junqueras, Yolanda Díaz e incluso personajes secundarios del BNG, PNV y Compromís están invitados a una "boda" en la que se quiere celebrar la unión interna del llamado bloque de investidura y su continuidad hasta final de la legislatura. Todos los mencionados tienen una posición más o menos protagonista en esta boda, tanto si son contrayentes, testigos o invitados, pero todos ellos se verán afectados de alguna manera cuando se produzca la negociación y se alcance o no el acuerdo del que depende la presente e inestable legislatura.

En la "boda roja" de la ficción todos los asistentes desconfiaban unos de otros, pero aún así acudieron a la celebración con el deseo de ver humillado al contrario. Pero el odio era tan profundo que la boda no se produjo debido a la traición que germinaba desde el inicio del acontecimiento y que concluyó con el asesinato de parte de los participantes motivado por el instinto de aniquilación que era común a todos ellos.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero.Jesus Hellin/STUDIO MEDIA 19

Esa desconfianza es la que se pudo ver en el Congreso de los Diputados durante la comparecencia de la ministra de Hacienda, Mª Jesús Montero, el jueves pasado, con la excusa de explicar el acuerdo PSC-ERC sobre el "cuponazo" fiscal. En su tediosa intervención la ministra no explicó en que consistía el presunto y desconocido acuerdo, sino que se limitó -entre los insultos al Partido Popular- a invitar a la "boda" presupuestaria a los grupos que votaron la investidura de Sánchez. Es en ese debate donde pudo observarse los mimbres enrojecidos que están trenzando esta boda invernal.

Mientras Montero invitaba, los invitados iban desenvainando las dagas. Así el portavoz de Junts tuvo una dura intervención desgranando los agravios e incumplimientos del gobierno y a continuación se burló de la ingenuidad de ERC acusándoles de aceptar “cualquier” migaja que le ofrecieran. Rufián en su turno como portavoz de los republicanos saltó como una hiena contra Junts diciendo literalmente: “Que los hijos de los patrones catalanes no pueden dar lecciones a los hijos de los obreros”. 

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián.

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián.A. Perez Meca / Europa Press

Se vio a la legua que este enfrentamiento en Madrid es el que se está desarrollando en Cataluña entre Puigdemont y Junqueras, y lo más seguro es que intenten saldar cuentas en la "boda" presupuestaria pudiéndola convertir en “roja” a la mínima de cambio, porque es difícil que salgan los dos ilesos en esta batalla campal del separatismo.

Así pues Sánchez se juega en esta "boda" la continuidad de la legislatura, Santos Cerdán ser número tres del partido tras el congreso socialista de noviembre, Bolaños seguir siendo el “Rasputín” de la Moncloa, Montero ser ministra, Junqueras liderar ERC, Puigdemont su supervivencia política, Yolanda Díaz simplemente no ser asesinada por los suyos en la enésima purga comunista, el PNV no caer en la irrelevancia en el País Vasco, y el resto de invitados a no desaparecer si hay adelanto electoral. En toda esta ecuación hay que hacer una salvedad y es BILDU que siempre gana pase lo que pase gracias al blanqueamiento que le ha concedido Pedro Sánchez.

Estos son los ánimos con los que los invitados a la boda presupuestaria van a acudir al acontecimiento invernal, los mismos con los que acudieron los invitados a la "boda roja" de Juego de Tronos, por lo que no es difícil de imaginar que el fin pueda ser el mismo: un baño de sangre.

Siguiendo otra famosa frase de la mencionada serie: "el invierno se acerca" y la negociación presupuestaria tendrá un final u otro en la entrada del invierno, allá por la segunda quincena de diciembre. Veremos quien sobrevive.

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