EDITORIAL
Yolanda Díaz lo sabía, pero ascendió a Errejón y lo mantuvo de portavoz: ¡Dimisión ya!
La vicepresidenta no ha explicado es por qué mantuvo a una persona con esos problemas como portavoz de Sumar en el Congreso. No tiene ningún sentido
Yolanda Díaz, la cabeza visible de Sumar, ha hablado del caso Errejón tras días de silencio sepulcral en los que, cuestionada al respecto, se refugió en su condición de vicepresidenta para no contestar a un asunto de partido. Ahora ha hablado y, de manera astuta, lo ha hecho la última de todos los que tenían que hablar, probablemente para intentar aprovechar en su beneficio las declaraciones de los demás, en concreto de los responsables de Podemos y de Más Madrid.
Así que, viendo el cariz que tomaban las cosas, no le ha quedado más remedio que admitir que conoció en junio de 2023 una denuncia en las redes contra Errejón por agresión sexual, pero que confió en que lo aclararon internamente en su partido, Más Madrid. Esa denuncia no impidió que unos meses más tarde, a principios de 2024, Yolanda Díaz le ascendiera al cargo de portavoz parlamentario de Sumar.
La vicepresidenta del Gobierno también ha reconocido que sabía que Errejón se encontraba en terapia por sus problemas y que estaba “mejorando”. Lo que no ha explicado es por qué mantuvo a una persona con esos problemas como portavoz de Sumar en el Congreso. No tiene ningún sentido que alguien así sea la voz del partido salvo que la intención sea encubrirlo todo, echar tierra encima.
Las explicaciones de Yolanda Díaz son insuficientes e incoherentes. La realidad es que sabía las sospechas que se cernían sobre Errejón cuando le nombró portavoz de Sumar y sabía de sus problemas y sus terapias cuando le permitió seguir desempeñando esa función. Su palabrería hueca no es suficiente en esta ocasión para distraernos de su responsabilidad en este caso, que es muy grave. Yolanda Díaz debe dimitir. No tiene otra salida digna.
Eso sí, Pedro Sánchez la va a defender, como ya ha hecho y como ha ordenado hacer a su portavoz del PSOE, Esther Peña. Le interesa que continúe porque si cae Yolanda Díaz y se desmorona Sumar, su Gobierno se tambalea. De hecho es su socia en el Ejecutivo y su vicepresidenta segunda. Una herida demasiado profunda que no puede permitirse cuando él mismo está también acorralado por la corrupción y las mentiras.