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¿La culpa es del mayordomo?

El exasesor del exministro Ábalos, Koldo García Izaguirre

El exasesor del exministro Ábalos, Koldo García IzaguirreJESUS HELLIN / STUDIOMEDIA19

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Tras tres horas de declaración ante el Tribunal Supremo, José Luis Ábalos concluyó que la culpa de la corrupción que asola al gobierno socialista es de su asistente Koldo, refiriéndose a él como un verdadero 'mayordomo', porque era el que abría las puertas de los ministerios y a los contratos de obra pública a Víctor de Aldama, sin que su jefe supiera nada, a pesar que todos ellos están siendo investigados por pertenecer de forma presunta a una organización corrupta.. 

Es verdad que Koldo estaba acostumbrado a abrir las puertas de algún oscuro antro, y a lo mejor de dicha experiencia le viene su tendencia a relacionarse con algún tipo de corrupción ligada a clubs de alterne, y de ahí le pudiera venir, según ha asegurado Ábalos ante el Tribunal Supremo, su costumbre de relacionarse con presuntos delincuentes. No deja de ser muy reveladora la contestación del "asistente-mayordomo" de Ábalos ante esta acusación: "Si ha dicho eso seguramente tenga razón".

Según la RAE, con el término mayordomo podemos referirnos al "criado principal a cuyo cargo está el gobierno económico de una casa o hacienda", por lo que puede también emplearse a aquellas personas que son asistentes de otras. Así la referencia de Ábalos a Koldo como el asistente que abría las puertas de los ministerios y a los contratos de obra publica a Víctor de Aldama, se entronca con una figura clave en muchas novelas de misterio: "el mayordomo", el cual siempre es el primer sospechoso.

Seguramente cuando Ábalos preparó su declaración junto a su abogado, se acordó de la famosa escritora británica Agatha Christie, la cual tiene muchas novelas en las que en algún caso el asesino es el mayordomo, pero en todas ellas el asesino no es el que parece, y siempre el que más tiene que ocultar es el que primero tiene interés en señalar a otro para desviar la atención. Y ese es el misterio que tiene que resolverse tanto en las novelas policíacas como en los sumarios judiciales: ¿es el asistente-mayordomo el autor del delito? o ¿es mejor fijarse en el jefe si además es quién obtiene los mayores beneficios del delito?.

Pues ese es el objetivo de la investigación que está discurriendo en el Tribunal Supremo, ya que Aldama ha presentado un escrito de 37 páginas  en el que se recogen indicios sobre la presunta implicación de José Luis Ábalos en la adjudicación presuntamente irregular de obras dependientes del ministerio que dirigía, haciendo referencia a modificados efectuados en dichos contratos bajo su mandato ministerial.

Además se investiga la solicitud de dinero por parte del que fue mano derecha de Sánchez, abono de un alquiler de un piso en la Torre de Madrid a una mujer que se relacionaba con el que fue ministro, además de un proyecto de operación de adquisición de un inmueble en el exclusivo Paseo de la Castellana de Madrid; también se investiga un inmueble en la costa de Cádiz en el que pudo existir un arrendamiento con opción de compra y en el que se exigía que hubiera un piano.

Es verdad que aún falta mucho trabajo de investigación, pero el trabajo de asistente de Koldo a Ábalos sí que está reconocido por ambos implicados, incluso existen indicios de que tenía por costumbre pagar gastos en marisquerías con billetes de 500 euros. Un asistente que entraba en los ministerios sin control, que hacía fotos a Sánchez y que lo nombraron consejero en empresas públicas, teniendo por experiencia la apertura de puertas de clubs de más o menos turbia reputación, no puede ser el cabecilla de una red criminal, porque alguien debía de darle la capacidad de interlocución en el entramado corrupto.

Por eso como en todas las novelas policiacas, al principio se señala a quién se quiere "echar el muerto" y confundir a los investigadores, confiando en que la omertá, código de honor siciliano, funcione. Pero como en todo entramado mafioso, llegará un momento en el que el mayordomo diga "hasta aquí hemos llegado", y se niegue a servir de chivo exculpatorio. Y lo veremos más pronto que tarde, porque como ya ha declarado el mayordomo Koldo, lo que más le duele es que su hija deje de llamarle padre.

Pero a lo mejor resulta que el mayordomo-asistente al final no resulte ser Koldo, y el verdadero subordinado tire de la manta y señale al número 1 de la trama. El tiempo y la UCO lo dirán, porque no siempre en la realidad el responsable del delito es el mayordomo, solo a veces lo es en las novelas de Agatha Christie.

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