¿A quién protege el fiscal general? El juez quiere llegar al fondo del asunto y pide todas sus llamadas los días de la filtración

El tiempo pasa, la Navidad se acaba, pero la realidad de Sánchez permanece inmutable, con la corrupción pisándole los talones. Ni cien actos por la muerte de Franco pueden taparlo. De hecho ha sido terminar de abrir los regalos de Reyes y nos hemos desayunado ya con un nuevo avance en la investigación del Supremo contra el fiscal general del Estado. ¿Quién va a pedir ahora disculpas a Alvaro García Ortiz?, preguntaba Pedro Sánchez con una cara de cemento armado tras desvelarse que el móvil del fiscal contenía cero mensajes sobre el tema del novio de Ayuso y sobre cualquier otro asunto. Pues parece que el juez del Supremo, Ángel Hurtado, no va a ser el que pida disculpas, más que nada porque el magistrado lo que quiere es profundizar en la investigación. Álvaro García Ortiz, como un delincuente que se deshace de las pruebas, cambió de móvil cuando ya se le investigaba, según ha acreditado la UCO, borrando así los mensajes de whatsapp y de cualquier otro tipo que pudieran incriminarle a él y, sobre todo, a otros. Por eso el juez Hurtado le ha pedido a Movistar y a Vodafone que le diga con quién habló en aquellos días clave de la filtración, entre el 8 y el 14 de marzo de 2024.

Hurtado también le pregunta a la UCO si es posible recuperar de algún modo los mensajes que borró el fiscal general. Sí, porque efectivamente hablamos del fiscal general, no de un delincuente común, que es la impresión que puede dar cuando relatamos los hechos: cambio de móvil, borrado de mensajes... obstrucción a la justicia, en definitiva. Es lo que parece. Álvaro García Ortiz tiene una obligación por encima de todas: perseguir el delito. Desde luego cometerlo, presuntamente claro, no entra en la lógica. Desde luego no tiene sentido alguno que siga en su puesto, como si nada. Porque el tío sigue ahí, tan pancho. Y Sánchez le defiende. ¿Qué oculta? ¿Por qué el Gobierno quiere que siga en el cargo? ¿Habló con Pedro Sánchez o con Bolaños? Y mientras tanto, el prestigio de la institución por el suelo, la credibilidad de la fiscalía hecha añicos. Así es la España de Pedro Sánchez