Sin presupuestos, sin respaldo del Congreso y rodeado de corrupción: ¿hacia dónde nos lleva Sánchez?
El único responsable de la derrota de Sánchez es el propio Sánchez. Eligió como socio a Puigdemont y el prófugo casi es tan poco de fiar y casi tan trilero como él

Pedro Sánchez, tras intervenir en el acto 'HispanIA 2040', este lunes en Madrid.
El Gobierno no puede esconder su fracaso parlamentario de este miércoles detrás del PP. Por mucho que lo repitan los ministros y el equipo de opinión sincronizada, la responsabilidad de no aglutinar una mayoría suficiente para su decreto es del Gobierno. Mezclar en un mismo texto la subida de las pensiones, las ayudas a los afectados de la dana y el regalo de un palacete parisino de 15 millones de euros al PNV es invitar a que la oposición te enseñe el dedo corazón, porque además está deseando hacerlo.
El Gobierno no puede levantar un muro frente al PP, como pedía Sánchez en su investidura, y abrir puertas en el muro cuando le interesa que Feijóo le vote un decreto-trampa que además no ha negociado con él. Es inasumible. Si el Gobierno quiere subir las pensiones puede aprobar la Proposición de Ley que ha presentado el PP como reacción al fracaso del decreto-trampa o, mucho más rápido, puede presentar un nuevo decreto ley con ese asunto como único contenido.
El único responsable de la derrota de Sánchez es el propio Sánchez. Eligió como socio a Puigdemont y el prófugo casi es tan poco de fiar y casi tan trilero como él. Ahora se encuentra sin el respaldo del Congreso, sin presupuestos y acorralado por la corrupción de su familia, su partido y su Gobierno.
En esas circunstancias lo normal, por un mero sentido de deber democrático, sería disolver las Cortes y convocar elecciones anticipadas. Se antoja imposible que pueda aguantar mucho más, excepto que restaure puentes con Puigdemont a costa de nuevas cesiones cada vez más sangrantes para el interés general de los españoles. Y Sánchez es capaz de eso y de mucho más, claro. Más aún teniendo en cuenta que su permanencia en el poder le otorga una atalaya desde donde defenderse mejor de los casos de corrupción.