Los oscuros poderes del insoportable Puente

“La derecha está saboteando a Pedro Sánchez”. Este es el gran argumento con el que los estrategas monclovitas quieren desviar la atención del caos que vivimos por la incompetencia gubernamental. Apagones, trenes parados, colapsos en vías, carreteras y estaciones… La culpa es de la “fachosfera” que desea descarrilar al sanchismo. 

Quizá, si el progresismo de etiquetas, en lugar de estar siempre tan pendientes del “relato”, pisara la realidad, las cosas irían mejor. Bueno, también si se destejiese lo antes posible esa manera de nombrar cargos de responsabilidad a la “Jessi” de turno, premiando a afines personales e ideológicos sobre quienes de verdad sirven para las tareas. Todo huele tanto a lo que se descompone.

No se puede querer tener a un país sumido en la propaganda. Llega un punto que la ineficacia no es posible disimularla. Tras el apagón, llega ahora que los trenes se quedan parados. No es la primera vez. Ocho llevamos ya en los dieciocho meses de gestión de Óscar Puente. Pero, el ministro de Transportes, en esta ocasión, para no pedir disculpas por las graves deficiencias que a diario tienen nuestros ferrocarriles, se desmarca activando una compleja conspiración política.

No le basta a Puente con que unos chorizos se lleven el cable de una instalación estratégica que debería estar bien protegida, no, sugiere que ha sido fruto de una operación bien orquestada. La maléfica derecha sale los domingos a parar los trenes. Óscar López, su colega de Gabinete, rumia ya cómo colocar a Isabel Díaz Ayuso cerca de las vías del tren entre Madrid y Sevilla. Insoportables chapuceros.

A. M. BEAUMONT