El silencio, la respuesta de los cobardes

(Foto de ARCHIVO) Las calles de la ciudad sin luz durante el apagón, a 28 de abril de 2025, en Barcelona, Catalunya (España).
Es muy habitual verlo en política y cuando suceden desastres que afectan a la sociedad, tanto a nivel nacional como internacional. Se nos toma como tontos y cualquier mentira es buena para salir del paso y hablar y hablar sin decir nada y, por supuesto, falla la coherencia. Lo hemos visto en el pasado apagón donde vimos a un Pedro Sánchez en el silencio más absoluto para luego hablar sin decir nada y muy nervioso. Afirmaba que todo se arreglaría, pero no sabía cuándo. Por suerte, y con la solidaridad y colaboración de todos, todo se arregló, pero con el temor de que se repitan los mismos hechos.
Isabel Díaz Ayuso en Madrid proporcionó autobuses a Barajas para trasladar a los retenidos en el aeropuerto. Europa avisa de kits de supervivencia en casa si sucede algo imprevisto. No se sabe si es un temor infundado o acaso un aviso. En redes surgen fake news y se habla de ovnis, de fenómenos atmosféricos, pero en el fondo sabemos que la mentira está a la orden del día. Demasiados silencios y demasiados cobardes en política y en la vida. Sin embargo, las energías se usan para desprestigiar al contrario, calumniarlo y así salvar su pellejo.
Es muy fácil equivocarse y pedir disculpas con una actitud ética de sabios. Nunca el silencio de los cobardes que se esconden y no dan la cara. Un gobernante no puede permitirse no prevenir ni disponer de los medios e infraestructuras para evitar lo que traerá consecuencias y pérdidas irrecuperables. Anticiparse a los peligros con las herramientas necesarias, porque para eso se ocupa un sillón y no para viajar en avioneta privada. De diez cabezas, nueve embustes y una piensa. Me quedo con las palabras de Machado: urge una cabeza pensante.