Sánchez hunde la imagen de España y Óscar Puente la remata: semana negra

España está de luto. Semana absolutamente negra para nuestro país. Qué bochorno nos está haciendo pasar este Gobierno acabado, por corrupto y por inútil. Primero, la imagen de la corrupción personificada en Pedro Sánchez y de la que se hace eco toda la prensa internacional a raíz de la entrada en prisión de su hombre de confianza y mano derecha en el PSOE, Santos Cerdán. 

Llueve sobre mojado porque ya estaba imputado su anterior mano derecha, José Luis Ábalos, su mujer, Begoña Gómez, su hermano músico, David, y su fiscal general, Álvaro García Ortiz. Fuera de España no dan crédito a que este personaje siga en La Moncloa, como si nada. Lo que estamos viendo aquí habría provocado ya la caída de cualquier gobierno europeo, más aún de cualquier gobierno de la UE. El jueves Sánchez evitó hacerse la foto de familia en el arranque de la cumbre de la ONU en Sevilla. A lo mejor es que algunos no querían hacérsela con él. Empieza a resultar un personaje tóxico.

Pero para remate de la jugada aparece en juego el ministro de Transportes, Óscar Puente, con un desastre en forma de averías tanto en la línea del AVE Madrid-Andalucía como en el tráfico aéreo de Barajas. Caos absoluto en ambos escenarios. Y todo esto en el arranque de julio, en plena campaña estival, con centenares de miles de turistas internacionales llegando a nuestro país. 

Ni que decir tiene que el turismo representa el 13% del PIB y que si algo hay que cuidar es eso: las infraestructuras, que son las que marcan la diferencia. El AVE, joya de la corona no hace tanto, es hoy un desastre mientras Puente se empeña en decirnos que el tren en España vive el mejor momento de la historia. Así, tal cual.

Decía que Óscar Puente ha entrado en juego esta semana negra, sumando su ineptitud a la corrupción en el PSOE y el Gobierno. Es una forma de hablar, claro. Puente no ha entrado en juego porque el locuaz -bocazas, mejor dicho- ministro está en paradero desconocido y en silencio total. No ha tenido la gentileza ni siquiera de poner un tuit, de perdir disculpas o dar una explicación. 

Se esconde mientras la imagen de España se hunde. Porque eso es lo malo. Nos da igual cómo pase a la historia Sánchez y su Gobierno. Eso le preocupa a él. Va a pasar como un inepto y un corrupto, pero lo peor de todo es que arrastra por el lodo el nombre de nuestro país. Cada día parecemos más un país bananero.