Sánchez aprovecha los incendios para intentar quemar al PP

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, visita las instalaciones del CECOT de Ourense.
Después de una semana con España en llamas, el presidente del Gobierno ha tenido a bien interrumpir sus vacaciones un rato para hacer lo que hacen los políticos en estos casos: salir en la foto y no aportar nada útil. Cuentan las crónicas que Sánchez estuvo en las zonas afectadas por los incendios. Y como todo lo que rodea a este gobierno, no es cierto del todo. ¿Estuvo en León y en Galicia? Sí. ¿Visitó las zonas quemadas? ¿Habló con los afectados? ¿Habló con los voluntarios? ¿Saludó a los agentes que luchan contra el fuego? ¡No! Para este viaje no hacían falta tantas alforjas.
Don Pedro, que algo debió aprender de su cobarde huida de Valencia donde se ganó el apodo de “el galgo de Paiporta” y no se atreve a pisar la calle ni hablar con la gente porque sabe que no será bien recibido. Es mucho más cómodo hablar desde un salón habilitado para la ocasión acompañado solamente por palmeros y periodistas, con el aire acondicionado a tope para culpar al cambio climático de todo lo que sucede.
No sabe ni de qué color es la ceniza que envuelve todo el ambiente. No sabe lo que se siente al respirar humo y ceniza como llevan haciendo, no solo los que luchan en primera línea contra el fuego, sino cualquier ciudadano que viva a menos de 50 kilómetros de los focos. Vamos, que podía haberlo hecho por videollamada y además ahorraba unas cuantas toneladas de CO2.
Que hable con los familiares de los fallecidos en los incendios, que hable con los que han perdido todo el esfuerzo de una vida, que hable con los que no volverán a ver el paisaje de su niñez, que hable con los que han visto sus proyectos de vida ser devorados por las llamas. Que hable con los que realmente están luchando contra el fuego.
Tampoco sorprendió su discurso. Se sabía que iba a hablar del clima para justificar la causa de los fuegos, a pesar de que hay más de una veintena de detenidos por participar en la provocación de los incendios. Y que tampoco podía faltar su perla política cargada de hipocresía diciendo que iba a proponer “un pacto de Estado frente a la emergencia climática”.
Porque es verdad que los incendios se apagan en verano, pero se previenen en invierno, y son precisamente las políticas de esos ecologistas de moqueta que pululan por los gobiernos de izquierdas los que, con sus leyes, no sólo no los evitan, sino que los fomentan.
Sánchez, ante la inoperancia de su gobierno para gestionar cualquier crisis, pretende involucrar al resto de partidos y de gobiernos autonómicos para exigirles unas responsabilidades que le competen a él. Nada que sorprenda. Lo hace siempre. Tenemos muchos ejemplos recientes, como el COVID, las riadas, el apagón y cualquier emergencia nacional, en que parece que los socialistas no estuvieran al frente del país y la responsabilidad de la desgracia fuera de la oposición.
Sería bonito que llamara a otros partidos para gestionar otros asuntos, como por ejemplo la amnistía. Digo yo. El Partido Popular, que es a quien se refiere con este eufemismo del pacto, no debería ni descolgar el teléfono en caso de que se produzca la llamada.
Es un buen momento para recordar la falta de saber estar tan característica de este Gobierno cuando desde la tribuna del Parlamento se rio sin ningún tipo de pudor de Feijoó. Aquel día se autoimpuso la capacidad de gestión de España. Pues, venga, Pedro, a gobernar. Aunque, claro, a lo mejor tenemos que pedir la ayuda, como dijo con la gota fría del pasado año. Se está pidiendo desde El Bierzo que se declare nivel 3 de emergencia, para que se dote con más medios y recursos en la lucha contra las llamas, y nadie mueve ficha.
Uno empieza a estar ya harto de tantas administraciones distintas que lo único que hacen –además de vivir como reyes a costa de nuestros impuestos- es pasarse la responsabilidad de unas a otras mientras entorpecen la gestión de las emergencias, en las que el tiempo es un factor fundamental y la premura en la reacción es clave para minimizar desgracias.
Gracias a todos lo que luchan contra el fuego en primera fila. Y a los políticos: ojalá les llegue pronto lo que se merecen.