| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Una patera llegando a la costa de Granada este fin de semana
Una patera llegando a la costa de Granada este fin de semana

El 'Aquarius' estimula una avalancha de pateras que desborda al Gobierno

Será o no coincidencia, pero la recepción en España del 'Aquarius' coincide con la llegada masiva de pateras a las costas, con cifras inéditas desde 2014.

| Rafa Rodríguez España

En el Ministerio del Interior hay preocupación. El buen tiempo y el fin del Ramadán en Marruecos pueden explicarlo, pero lo cierto es que la llegada masiva de pateras a las costas españolas tiene ya desbordado al Gobierno. Aparte del Aquarius, que toca tierra valenciana este domingo, el litoral lleva dos días viviendo una auténtica oleada.

Sólo en una jornada arribaron, en la zona del Estrecho de Gibraltar, casi 700 inmigrantes a bordo de 62 embarcaciones, una cifra espectacular que no se registraba desde 2014. Y no fue la única. Otras 300 personas fueron detectadas al mismo tiempo en apenas seis naves masificadas, frente a la costa granadina en el conocido como mar de Alborán.

La oleada de pateras no tiene parangón desde 2014 y coincide con los anuncios del Gobierno sobre la inmigración

Mil personas en unas horas, y subiendo. ¿El efecto llamada por el Aquarius lo explica? Nadie puede descartarlo y, de hecho, en Andalucía la inquietud llega a la propia Junta, que lleva días advirtiendo sutilmente sobre su incapacidad para atender a tantas personas, aunque lo hace con eufemismos como los de la propia Susana Díaz, enfocados a la Unión Europea antes que a La Moncloa: "No puede seguir mirando para otro lado ante el drama de los inmigrantes en el Mediterráneo".

CIE saturado y respuesta social

Y es que la avalancha coincide con la saturación de los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE), su mala prensa y el rechazo social que provocan en algunos sectores. Un ejemplo es Motril, cuya costa divisa el alud de pateras desde hace años. Allí las autoridades quisieron habilitar otro CIE en un cuartel por el colapso ya existente, pero buena parte de la población se lanzó a las calles para evitarlo. No lo querían.

 

Policías registrando a inmigrantes llegados al puerto de Valencia en el Dattilo, avanzadilla del Aquarius

 

La solución ha sido improvisar un pabellón en el propio puerto para que Cruz Roja pueda atender  la llegada de migrantes, pero no deja de ser un parche temporal. De eso se queja el presidente del PP en Andalucía, Juanma Moreno,  partidario de acoger al Aquarius por razones humanitarias pero inquieto por la gestión global del fenómeno migratorio.

"Me da la sensación –declaraba a la edición sevillana de Abc– de que el Gobierno no tiene hoja de ruta y que funcionará a base de medidas efectistas de sus asesores como si fuera esto un espectáculo de variedades. ¿Qué piensa hacer cuando llegue otro barco? El flujo de inmigrantes debe ser ordenado a la respuesta que seamos capaz de ofrecer. Lo que no me gusta nada es que con un acto humanitario se quiera hacer publicidad y propaganda política y veo la tentación permanente de hacer con las calamidades humanas un uso partidista".

A la presión en el litoral se le suma la de Ceuya y Melilla: 2.000 personas viven en sus bosques esperando entrar

"No hay tal (efecto llamada)", aseguraba el Gobierno este viernes a través de su portavoz, la ministra Isabel Celáa, aunque probablemente la verdad sea que la avalancha siempre ha existido pero que ahora, con el caso del Aquarius, se haya redoblado o al menos visibilizado como nunca. Sólo en Cádiz se han registrado 3.000 llegadas de inmigrantes en lo que va de año, una cifra espectacular que coincide con otra igual de llamativa en la zona de Ceuta y Melilla: en los bosques de su entorno se calcula que viven hasta 2.000 personas a la espera de poder saltar la valla.

¿Un imán de Sánchez?

Las cifras totales en todo el litoral español son difíciles de calcular con exactitud, pero sin duda superas los cuatro ceros. Y es en ese contexto en el que Pedro Sánchez ha decidido una batería de medidas que puedan ser entendidas como un imán y aprovechadas por Marruecos para cargar de presión a las autoridades españolas y europeas.

Devolver la tarjeta sanitaria a los 'sin papeles', sustituir las concertinas por otro método de control fronterizo o rescatar al Aquarius rechazado por casi toda Europa, aunque la palma se la haya llevado Italia; son anuncios con reclamo. ¿Cómo conjugar la atención humanitaria con la capacidad de acogida real de España? Ésa es la pregunta. Y nadie tiene de momento respuesta.