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Descubren el circuito cerebral que hace tan difícil dejar el alcohol, según la ciencia

Este nuevo estudio, realizado en ratones, demuestra que el cerebro no busca el alcohol solo por placer, sino para escapar del malestar, lo que ayuda a explicar por qué dejarlo resulta tan difícil incluso tras largos periodos de abstinencia.

Beber alcohol

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Elena Bellver
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Las señales del entorno, como un lugar, un olor o una hora del día, pueden reactivar el circuito cerebral de la adicción, despertando el deseo de beber incluso cuando no hay alcohol cerca.

La adicción al alcohol no es solo una cuestión de voluntad: hay un “enganche” dentro del cerebro que refuerza el retorno a beber, incluso cuando la persona quiere parar. Un nuevo estudio arroja luz sobre ese mecanismo y revela un circuito cerebral que “atrapa” a quienes consumen alcohol en un círculo vicioso difícil de romper.

La ciencia identifica el área del cerebro que mantiene la adicción al alcohol

Cerebro

Cerebro  

Investigadores liderados por el equipo de Marisa Roberto, en Scripps Research, identificaron un circuito neural clave en la adicción al alcohol. 

Los hallazgos principales son:

  • El núcleo paraventricular del tálamo (PVT) es una pequeña zona situada en el centro del cerebro, dentro del tálamo, que actúa como un enlace entre las emociones y la motivación.Según los científicos, el PVT juega un papel central en el circuito que vincula el alcohol con el alivio de los síntomas de abstinencia, porque aprende a relacionar la bebida con la reducción del malestar, reforzando así el impulso de seguir consumiendo. (ScienceDaily).
  • Cuando los animales (ratones) asocian pistas ambientales —como luces, lugares u olores— con la capacidad del alcohol para aliviar el malestar, la actividad del PVT aumenta y fortalece el impulso de beber. (ScienceDaily)
Beber alcohol

Beber alcohol

  • Este tipo de aprendizaje —beber para aliviar un estado negativo como la ansiedad o el malestar— se superpone con el “circuito del placer” tradicional, pero tiene una fuerza particular porque actúa sobre el impulso de escapar de sensaciones desagradables. (PsyPost)

Aunque el hallazgo se ha comprobado en ratones, los científicos creen que mecanismos similares podrían explicar por qué, en humanos, el cerebro asocia el alcohol con el alivio del malestar y no solo con el placer. El cerebro ha aprendido a ver el consumo de alcohol como una “escapatoria”.

¿Por qué este hallazgo es importante?

Este hallazgo es relevante para investigadores, psiquiatras y personas que luchan contra el alcoholismo. Aquí algunas de sus implicaciones:

Neuronas

Neuronas

  • Nueva diana terapéutica: el PVT, (el núcleo paraventricular del tálamo), podría convertirse en objetivo de tratamientos farmacológicos o de neuromodulación para debilitar ese circuito.
  • Comprender las recaídas: ayuda a explicar por qué muchas recaídas ocurren tras largos periodos de abstinencia: el cerebro “recuerda” cómo aliviar el malestar.
Beber alcohol

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  • Intervenciones más precisas: permitirá diseñar terapias que no solo mitiguen la búsqueda del placer, sino también la necesidad de aliviar síntomas negativos internos.
  • Separar fases de la adicción: distinguir entre beber por recompensa o por evitar el malestar puede ayudar a adaptar los tratamientos a cada caso.
  • Orientación a futuro: aunque aún no se ha probado en humanos, los científicos creen que este circuito podría orientar futuros tratamientos.

Cómo funciona el “circuito atrapador” del alcohol

Cerebro

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Para entender mejor lo que descubrieron los científicos, conviene desglosar el mecanismo paso a paso:

  • Consumo repetido: el cerebro detecta que el alcohol reduce la tensión, la ansiedad o los síntomas de abstinencia. Como resultado, aprende que beber es una forma de aliviar el malestar.
  • Asociación con señales externas: lugares, olores o momentos del día se vinculan con esa sensación de alivio. Con el tiempo, esas señales se convierten en desencadenantes que despiertan el impulso automático de beber.
Consumo de alcohol

Consumo de alcoholEnvato.com

  • Activación del PVT: el núcleo paraventricular del tálamo se activa cuando aparecen esas señales, reforzando la conducta de buscar alcohol como vía de escape.
  • Mantenimiento del ciclo: cada nuevo episodio de consumo fortalece las conexiones neuronales del circuito, haciendo que el hábito se repita y resulte más difícil de romper. Este circuito se retroalimenta, lo que lo vuelve especialmente poderoso y persistente. 

Limitaciones y precauciones

Lista

 

Es importante destacar que:

  • El estudio fue realizado en modelos animales (ratas); aunque estos modelos son muy útiles, no replican de forma exacta el cerebro humano. (ScienceDaily)
  • Identificar un circuito no significa que ya exista una cura inmediata: se trata de un paso que orienta futuras investigaciones y terapias. 
  • El circuito del PVT no es el único implicado en la adicción: intervienen también el sistema de recompensa, neurotransmisores como la dopamina y el glutamato, y reguladores del estrés. 
Alcoholismo

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  • Cada persona con adicción tiene una historia única —genética, entorno, comorbilidades—, por lo que este hallazgo aporta una pieza importante del rompecabezas, pero no la única.

¿Qué papel juega el aprendizaje en la adicción?

Adicción

Adicción

Una idea central del trabajo es que el cerebro aprende que beber alivia el malestar, y refuerza esa conducta. Esto se distingue de beber solo por placer:

  • Esta forma de aprendizaje (beber para escapar del malestar) es más resistente que el aprendizaje del placer puro. (PsyPost)
  • Incluso cuando el placer del alcohol disminuye, el impulso de evitar sensaciones negativas permanece activo

Por eso, centrarse solo en los sistemas de recompensa no basta para prevenir recaídas si no se aborda también el mecanismo de alivio negativo.

¿Hacia dónde van las investigaciones posteriores?

Investigacion del cerebro

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Este descubrimiento abre múltiples vías de estudio:

  • Terapias farmacológicas: desarrollar compuestos que modulan la actividad del PVT o sus conexiones, sin efectos secundarios graves.
  • Estimulación cerebral: explorar técnicas como la estimulación magnética o eléctrica dirigidas al PVT para alterar su funcionamiento.
Resibabcua magnética del cerebro

Resibabcua magnética del cerebroEnvato.com

  • Modelos humanos: investigar si el circuito actúa igual en cerebros humanos con alcoholismo, mediante neuroimágenes o estudios post mortem.
  • Enfoque multidimensional: combinar terapias psicológicas con intervenciones biológicas centradas en ese circuito específico.
  • Tratamientos personalizados: adaptar el enfoque según si una persona bebe por placer o para escapar del malestar interno.

En conclusión, este descubrimiento —el circuito cerebral que “atrapa” al consumidor de alcohol en el intento de aliviar el malestar— fortalece nuestra comprensión de por qué la adicción es tan resistente. No basta con frenar el deseo de placer: hay que abordar ese aprendizaje profundo de alivio que opera en el cerebro.

Con esta nueva visión, se abre el camino hacia tratamientos más precisos y esperanzadores. Reconocer que el cerebro ha “aprendido” este mecanismo no exime del esfuerzo de recuperación, pero sí ofrece rutas más efectivas para conseguirlo.Si te ha gustado el artículo compártelo en tus redes sociales y déjanos un comentario con tu opinión.

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