Alimentación y hemorragia: qué es lo que no hay que consumir antes de una cirugía

Algunos alimentos de moda son contraproducentes antes de pasar por quirófano
Resulta un hecho evidente que la alimentación es un pilar básico para mantener una buena salud, y así se puede afrontar mejor una intervención quirúrgica. Los productos naturales ofrecerían a priori mayores garantías, pero partamos de un principio que puede sorprender: natural no significa bueno. Es más, natural puede también implicar riesgos.
Y aunque es diferente de natural, y no sea el motivo de estas líneas, es interesante que nos detengamos en otro detalle ante el aumento del negocio del producto ecológico. Es importante señalar que la mayoría de revisiones sistemáticas y los metaanálisis realizados (estudios que analizan todos los datos disponibles con rigor estadístico) coinciden en que respecto al valor nutricional, no hay grandes diferencias entre alimentos ecológicos y convencionales en cuanto a macronutrientes (proteínas, grasas, carbohidratos, calorías, etc.) y solo se han encontrado ligeras diferencias en relación a micronutrientes y antioxidantes: frutas y verduras ecológicas tienden a tener mayor concentración de compuestos fenólicos y antioxidantes, la leche y los huevos ecológicos suelen tener más ácidos grasos omega-3 y mejor perfil lipídico probablemente por la alimentación más natural del ganado. Pero esas diferencias no suelen ser clínicamente significativas, es decir, no se ha demostrado que tengan un impacto en la salud humana.
Si bien los productos ecológicos tienen niveles mucho más bajos de residuos de pesticidas sintéticos y menor presencia de metales pesados (como el cadmio), hasta la fecha no se ha demostrado de forma concluyente que consumir productos ecológicos reduzca la incidencia de enfermedades (cáncer, alergias...), aunque se sugiere que quienes consumen más alimentos ecológicos tienen menor riesgo de ciertas enfermedades; pero son asociaciones, no pruebas de causalidad, y se observa entre otras cosas que quienes consumen productos ecológicos también suelen tener otros hábitos más saludables, comen más frutas, verduras y menos ultraprocesados, realizan más ejercicio físico…
Dicho esto, dejando claro que no quiero hacer una defensa a ultranza del producto ecológico, pero tampoco demonizarlo, quiero resaltar que hay productos, digamos naturales (que no ecológicos), cuyo consumo se ha popularizado en los últimos años por sus, supuestamente enormes, beneficios sobre la salud, y tienen gran incidencia en el postoperatorio inmediato de nuestros pacientes por sus efectos anticoagulantes y antiagregantes. Estos alimentos contienen compuestos como omega-3, salicilatos y vitamina E, con efectos atininflamatorios y que además pueden ayudar a diluir la sangre, es decir, previenen la formación de coágulos en la sangre y disminuir la incidencia de trombosis venosa profunda. Así incrementan el riesgo de sangrado. Por ello es importantes abandonar ese consumo si se van a intervenir quirúrgicamente de cirugía plástica algo en lo que insisto a mis pacientes en consulta.
Entre los alimentos muy populares hoy día con dichos efectos, destacan el jengibre, la cúrcuma, el ajo, la cebolla, el pimiento de cayena y la canela. Ayudan a prevenir que las plaquetas se agrupen, que se agreguen (efecto antiagregante plaquetario), pero esa agregación plaquetaria es fundamental para evitar el sangrado, y por eso aumentan en teoría el riesgo de hemorragias y la presencia de hematomas postoperatorios en los pacientes que los consumen.
Respecto al jengibre, estudios in vitro y en animales confirman su efecto antiplaquetario. Ensayos en humanos muestran reducción de agregación plaquetaria con el consumo tanto de jengibre fresco como de su equivalente en polvo, y esto tendría un efecto similar al de pequeñas dosis de aspirina. La cúrcuma, en estudios en humanos, muestra una ligera prolongación del tiempo de coagulación, pero no de magnitud clínica a dosis alimentarias. Ese efecto suave o moderado puede potenciar anticoagulantes farmacológicos. Es decir, cuidado si se consume y a su vez usted se encuentra en tratamiento con anticoagulante o antiagregantes. Debe consultar con su médico esta circunstancia.
El ajo contiene alicina y su derivado ajoeno, y otros compuestos sulfurosos que parecen inhibir la agregación plaquetaria. La cebolla, especialmente cruda, contiene flavonoides que pueden tener efectos antiplaca y anticoagulantes suaves. El pimiento de cayena, al igual que el jengibre, es rico en salicilatos, contienen vitamina E y capsaicina, compuestos que sobre la sangre aportan mayor fluidez, menor agregación. La canela contiene cumarina, compuesto con actividad anticoagulante reconocida del que deriva la warfarina (antagonista de la vitamina K, necesaria para que el hígado produzca varios factores de coagulación).
Otras opciones que disminuyen la agregación plaquetaria, y de los que cada vez hay más consumidores, son el ginkgo biloba, el extracto de semilla de uva, la salvia o especias como el orégano, el tomillo, la linaza o la chía. De la mayoría de ellos no conocía su existencia hasta hace poco, y me llama la atención la cantidad de consumidores muy habituales. Es curioso cómo las personas encontramos productos mágicos con tanta facilidad, y lo dfícil que nos resulta dejar de fumar o hacer algo de ejercicio. Hacerlo parece también magia.
En definitiva, hay muchos alimentos naturales con grandes beneficios nutricionales y antiinflamatorios, pero que también pueden colaborar en la presencia de algunas hemorragias que nos dan disgustos importantes cuando se presentan. Ténganlo en cuenta. No nos sucede pocas veces.