En España, la gastronomía es una de nuestras principales cartas de presentación. El ocio y la vida social de los españoles, al igual que la del resto de países del Mediterráneo, giran en torno a una mesa con una buena comida y regada por una buena bebida, por supuesto. Y dentro de este universo, hay algo que todavía nos identifica un poco más, porque ¿es posible que haya algo más español que una tapa? Probablemente sí, una tapa acompañada de una cerveza bien fría, sobre todo en estos días en los que la ola de calor parece no querer dejarnos.

La tapa se merece todos los homenajes posibles, y no hay uno mejor que tener un día propio. Hoy, 16 de junio, se celebra el Día Mundial de la Tapa, por eso es un momento estupendo para recordar algunos de los bares que forman parte de la historia de la televisión patria gracias a las series. Porque en estos cinco títulos de los que ahora vamos a hablar, los bares son el lugar de reunión favorito de sus protagonista y muchas de sus tramas se desarrollan en este escenario.

Los ladrones van a la oficina (1993)

La oficina, situado en la ficticia San Esteban de Pravia, número 12, era el nombre del bar regentado por "la Pruden" (Anabel Alonso) y su marido "el Smith" (Antonio Resines) en el que se reúne un grupo de ladrones capitaneados por Don Anselmo (Fernando Fernán Gómez), y los veteranos "el Escabeche" (José Luis López Vázquez) y "el Anticuario" (Manuel Alexandre). Los tres amigos, que recuerdan timos y planean nuevos, son vigilados de cerca por el torpe pero bonachón Comisario García (Agustín González) y su ayudante, el Inspector Gutiérrez (Roberto Cairo).

7 vidas (1999)

Junto con los apartamentos en los que viven los protagonistas, el Casi K No es el lugar más frecuentado por los personajes de esta serie protagonizada por Amparo Baró, Javier Cámara o Paz Vega. Con la historia de un joven que acaba de despertarse, después de 18 años en coma, y que tendrá que enfrentarse a una vida completamente nueva, como telón de fondo, trata de la vida, los conflictos internos y las relaciones de un pequeño grupo de familiares y amigos que viven en dos apartamentos contiguos.

Cuéntame cómo pasó (2001)

Primero fue el bar de Tinín para luego pasar a llamarse el Bistrot París-Nalón. Ha cambiado de nombre y de dueño, pero no ha perdido su función principal: ser el lugar de reunión de los vecinos de San Genaro, entre ellos la familia Alcántara. Daba igual la hora o el día del año, siempre había alguien allí, porque en este bar de barrio que ha ido evolucionando con la serie, se han discutido cuestiones como la llegada del metro a San Genaro, ha sido escenario de más de un robo y hasta ha servido de escondite para más de uno.

Los Serrano  (2003)

Los hermanos Diego y Santiago Serrano son los dueños de un bar de lo más castizo. A los Hermanos Serrano, que así se llama el local, no le falta detalle con sus jamones colgados y su cerveza bien fría. Por allí pasaban a diario todos los miembros de la familia y sus amigos más cercanos, pero si había alguien que era su cliente más fiel ese era Fiti. El mejor plan para el amigo de los hermanos Serrano era sentarse en la barra del bar y trabajar poco.

La que se avecina (2007)

Se llama Max&Henry y es seguramente el más ilegal de todos los bares de los que aquí estamos hablando, principalmente porque no tiene licencia. Ha sido un bar para todo y por allí han pasado clientes de lo más variopintos, porque alguno ni siquiera eran clientes sino pacientes de la clínica de cirugía estética que pusieron en marcha los vecinos de Montepinar. Aunque si por algo es reconocido este bar es por el grito de guerra de sus parroquianos, el famoso e imitado "Caña aquí".