| 01 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Las verduras crucíferas contienen sulforafano, compuesto organosulfurado que activa las enzimas antioxidantes de las células inmunitarias.
Las verduras crucíferas contienen sulforafano, compuesto organosulfurado que activa las enzimas antioxidantes de las células inmunitarias.

Qué comer para prevenir gripes y resfriados

El té verde aporta catequinas, muy eficaces para prevenir y combatir la actividad de los virus de gripe y resfriado, con acción antiinflamatoria aumenta la inmunidad

| Raúl Martínez* Edición Valencia

Llega la primavera con sus temperaturas cambiantes. Un entretiempo marcado por oscilaciones térmicas que lo hacen ideal para padecer enfermedades respiratorias como gripes y resfriados. Sin embargo, podemos evitarlas. Si fortalecemos el sistema inmune nos protegemos de ellas, y para conseguirlo, nada mejor que usar como instrumento la alimentación.

El sistema inmunológico es el responsable de la defensa diaria del organismo frente a los ataques de microrganismos patógenos. Mantenerlo activo y en forma necesita de la participación de vitaminas A, B, C, D y E, que resultan esenciales para la conseguir la salud inmunológica. También debemos aportar minerales como el potasio, zinc, selenio, hierro, cobre, manganeso, cobre, germanio o
calcio, ácidos grasos esenciales como omega 3 y aminoácidos, especialmente los que actúan apoyando al sistema inmune como la arginina, glutamina, triptófano y cisteína.

Por ser extraordinariamente complejo no puede mantenerse sano y saludable por un único alimento o nutriente específico. Esta limitación nos obliga a seguir una dieta inmunoestimulante, una dieta que facilite su actividad a pleno rendimiento, que garantice su óptimo funcionamiento, cumpliendo con su función que no es otra que defender al organismo de infecciones. Una dieta rica en frutas y verduras repletas de vitaminas A, B, C, D y E y minerales es la ideal para para estimular el sistema inmune.

La naranja y el limón contienen 53,2 mg de vitamina C por cada 100 gramos y los pimientos 131 mg

Las naranjas y otros cítricos están llenos de vitamina C, que previene el resfriado y ayuda a reducir el rigor y tiempo de convalecencia del mismo.  La naranja y el limón contienen 53,2 mg por cada 100 gramos. Los tomates tienen unos 27mg por cada 100 gramos, aportando a su vez vitaminas A y B, fósforo y potasio. Los pimientos, sean verdes o rojos, aportan unos extraordinarios 131 mg de vitamina por 100 gramos, la máxima concentración de vitamina de entre todos los alimentos que tenemos a nuestra disposición. Son también ricos en fibra y antioxidantes, en carotenoides como la capsantina, en vitamina E y provitamina A.

Otras frutas ricas en vitamina C son las fresas, frambuesas, mango y kiwis. Debemos prestar atención a los arándanos, que aportan vitaminas A, C y K, tiamina, riboflavina, piridoxina, niacina, ácido pantoténico y ácido fólico, y flavonoides. Son muy eficaces para tratar la tos.

El jengibre contiene vitamina C, así como magnesio y potasio, que alivian la inflamación gracias a sus efectos antiinflamatorios y antioxidantes

Entre el grupo de las verduras de hoja verde destaca por sus propiedades el brócoli, que posee gran cantidad de vitaminas A, C y E. Es rico en fibra dietética, y estimula el sistema inmunológico gracias a sus compuestos azufrados implicados en la síntesis de glutatión. La col rizada, la coliflor, las coles y repollo están saturada de vitaminas A, C y K. Las verduras crucíferas contienen sulforafano, compuesto organosulfurado que activa las enzimas antioxidantes de las células inmunitarias, actuando frente a los radicales libres del cuerpo.

El ajo también es rico en compuestos organosulfurados inmunopotenciadores de la respuesta de los glóbulos blancos. Tiene efectos antivirales y antimicrobianos, y se muestra eficaz frente a los procesos inflamatorios. La espinaca es abundante en vitamina A y C, en ácido fólico y en antioxidantes que combaten las infecciones y refuerzan la inmunidad. El aceite de oliva virgen extra ayuda a reconstruir y aumentar la inmunidad del cuerpo. Su alto contenido de ácidos grasos poliinsaturados permite reducir la inflamación del organismo, estimula la inmunidad y lo protege de las infecciones.

La cúrcuma y el jengibre estimulan el sistema inmunológico y presentan actividad antiviral. La curcumina, principio activo de la cúrcuma, ayuda a disminuir la inflamación y combate los radicales libres. El jengibre contiene vitamina C, así como magnesio y potasio, que alivian la inflamación gracias a sus efectos antiinflamatorios y antioxidantes. El té verde aporta catequinas, muy eficaces para prevenir y combatir la actividad de los virus de gripe y resfriado, con acción antiinflamatoria aumenta la inmunidad, siendo uno de los mejores alimentos para combatir un resfriado.

Introducir en la dieta los hongos medicinales como shiitake (Lentinula edodes), reishi (Ganoderma lucidum) y maitake (Grifola frondosa) es la mejor forma de fortalecer el sistema inmune. Aportan betaglucano, un polisacárido con acción inmunomoduladora y activadora del sistema inmune, acción antioxidante y antiinflamatoria. Y no debemos olvidar los probióticos. El kéfir, el yogur y la kombucha, las verduras fermentadas aportan nutrientes y componentes bioactivos que favorecen una microbiota sana que refuerza al sistema inmune.

(*)  Biólogo. Experto en Salud y Medio Ambiente.