| 26 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Demoliciones de Agrónomos: El Ayuntamiento de Ribó se mueve 6 años tarde

El Ayuntamiento de Valencia, anuncia ahora, una vez demolido parte del edificio de Agrónomos, un Plan Especial de Protección de Blasco Ibáñez en redacción desde 2014.

Ha pasado algo más de un mes desde la precipitada demolición de las mal llamadas “naves” de la antigua facultad de Agrónomos que proyectara Moreno Barberá, conjunto de merecida protección patrimonial con la categoría de Bien de Relevancia Local (BRL). Laboratorios y aularios especializados recayentes a norte, piezas sustanciales según los expertos, ya no existen.

Pese a la ausencia de actividad desde el derribo realizado en un fin de semana, la espada de Damocles que dejó la ampliación de licencia solicitada por Sanidad al Ayuntamiento que dirige Joan Ribó, y las medidas cautelares establecidas por el tercer informe (en pocos días) de la Dirección General de Patrimonio, barruntan hipotéticas nuevas demoliciones.

 Tampoco ha pasado mucho más de un mes desde que el gobierno municipal rechazara, con su voto en contra, la moción de la oposición en la Comisión de Urbanismo, para que se tramitara de urgencia el Plan Especial de Protección del entorno del conjunto de bienes culturales que incluye también el Colegio Mayor Luis Vives de Javier Goerlich. De ahí la sorpresa en el grupo popular municipal ante la nota de prensa que ha publicado el Ayuntamiento, a través de su vicealcaldesa Sandra Gómez, con el título “Comienza la tramitación del Plan Especial de Protección de Blasco Ibáñez” y las explicaciones que Ciudadanos ha solicitado acerca de la tardanza y confusión del proceso.

Lo cierto es que, según ha podido saber ESdiario, el plan ha dormido más de un quinquenio en algún cajón de la Universitat de València por desconocidas razones, y no falta quien se malicia si su redacción inicial coincidirá con la definitiva tras el derribo. Habrá que esperar al período de información pública y participación ciudadana, en el que son previsibles alegaciones de asociaciones de arquitectos y de expertos.

El proceso administrativo, a la vista de casos urbanísticos similares, será largo y hace menos comprensible la necesidad de que el derribo se hiciera con tantas prisas.

Ambos grupos municipales, Cs y PP, solicitaron Informe sobre los valores patrimoniales de lo ya demolido a la Academia de Bellas Artes y al Consell Valencià de Cultura. La primera, según se publicó en su día, se pronunció afeando lo actuado, y no lo ha hecho todavía el órgano consultivo de la Generalitat, aunque se ha conocido una declaración previa de su presidente Santiago Grisolía alineada con lo actuado.

Arquitectos y profesores de arquitectura sí se han manifestado con desasosiego y contundencia mediante artículos, mociones, o manifiestos como el impulsado por Julio Gómez Perreta y suscrito por más de una treintena de prestigiosos profesionales.

 

No por casualidad la obra de Moreno Barberá, registrada por Docomomo por sus valores modernos, se incluye entre “las joyas del brutalismo que están en peligro en España” a criterio del crítico de arquitectura Daniel Díez recientemente publicado por El País.

En palabras de los más críticos, esta falta de respeto por el patrimonio arquitectónico valenciano moderno, no es más grave que la ya famosa intervención en la plaza del Ayuntamiento que califican de deplorable, pero igualmente indicativa de una falta de sensibilidad de las autoridades por el paisaje urbano de Valencia.