VACACIONES EN EL CARIBE
Así he organizado mi viaje a República Dominicana: ruta entre Bávaro y Miches
Playas de ensueño, resorts de lujo y paisajes vírgenes por descubrir. Así he planificado mi próxima escapada a República Dominicana, un viaje soñado que combina lo mejor de dos mundos: el confort de Bávaro y la autenticidad natural de Miches, en la costa noreste del país.

Playa de Miches, arena blanca, agua turquesa y palmeras
Organizar un viaje al Caribe siempre hace ilusión. En unas semanas estaré volando a República Dominicana y quiero contarte cómo planifiqué esta escapada, que empecé a preparar hace un par de meses. Mi idea: combinar el confort y la experiencia ya vivida en Bávaro con el descubrimiento de un rincón más salvaje y desconocido como Miches. Todo apunta a que será un viaje redondo.

Caminar por la orilla: arena tibia, brisa marina y calma infinita.
Mi primera decisión: el destino a elegir
Tuve la suerte de conocer La Romana hace unos años y aún recuerdo perfectamente el azul intenso del mar, el ritmo pausado de los días y esa sensación de desconexión total. Fue una experiencia fantástica, que me dejó con ganas de volver para seguir descubriendo otros rincones del país.
Esta vez he puesto el foco en dos zonas distintas: Bávaro, un clásico del turismo caribeño, destaca por sus playas infinitas de arena blanca, aguas cristalinas, hoteles de primer nivel y muchas opciones de ocio. Y Miches, por ser un destino emergente, más virgen y auténtico, que promete paisajes naturales casi intactos como Playa Esmeralda, Playa Arriba, Media Luna o la subida a Montaña Redonda. Quiero descubrir esta joya aún poco conocida de la costa noreste del país.
¿Será posible combinar ambos mundos en un solo viaje? Busco moverme entre el confort de un destino consolidado y la emoción de otro aún virgen. Ansío todo lo que uno espera del Caribe: sol, confort, deportes acuáticos, excursiones a islas cercanas y una cocina local rica y sabrosa.

Mapa de ruta: del relax caribeño en Bávaro a la naturaleza de Miches.
Cómo encontré el viaje perfecto sin volverme loca
Aunque suelo organizar mis propios viajes, también disfruto dejándome asesorar cuando el destino lo merece. Por eso fui a una agencia. Me atendió María Ruiz. Y digo su nombre completo porque ya forma parte de mi agenda: una aliada que sabe mucho de viajes.
Me preguntó si conocía Soltour. “¡Claro, de toda la vida!”, le dije. Me confirmó que es una empresa española con más de 50 años de experiencia, especializada en Caribe. Y con ellos todo encajaba: vuelos incluidos, salidas desde varias ciudades y fechas flexibles. Durante el verano, y en muchos casos hasta finales de octubre, tienen una operativa muy amplia. A Punta Cana, por ejemplo, vuelan desde Madrid los lunes, martes, miércoles, viernes y sábados. Como uno de mis amigos viaja desde Barcelona, también comprobó que había salidas desde allí.
Me enseñó su web de Soltour, con paquetes cerrados muy atractivos, pero lo mejor fue saber que también diseñan viajes a medida. Como yo quería combinar Bávaro y Miches, era la opción perfecta, si no la única, dentro de mi presupuesto.
Al viajar con amigos, quería tener todo resuelto: vuelos, hoteles, traslados, actividades, seguros... Saber que hay una empresa española detrás y una persona real si surge cualquier imprevisto me da mucha tranquilidad. Y sí, confirmado: contratar con una agencia no encarece el viaje. Solo lo hace más fácil.

Diferentes zonas del Hotel Bahía Príncipe Luxury Esmeralda
Mi siguiente decisión: dónde alojarme.
He viajado mucho por el Caribe y, en esta ocasión, tenía claro que al menos uno de los alojamientos debía ser de Bahía Príncipe, una cadena española que nunca me ha fallado.
Después de navegar durante horas en internet y hablar con María, me decidí por estos dos resorts:
• Bahía Príncipe Luxury Esmeralda (Bávaro): ubicado a pie de playa, este resort de alta gama está pensado para quienes buscamos comodidad total, buena gastronomía, atención impecable y acceso directo a una de las mejores playas del Caribe. Al alojarte aquí puedes utilizar los servicios de varios hoteles adyacentes de la misma marca, lo que se traduce en un total de 26 restaurantes, 28 bares y 10 piscinas. Una opción perfecta para quienes valoramos variedad sin renunciar a la calidad.
• VIVA Miches by Wyndham: en plena costa noreste, este resort promete una experiencia más tranquila e íntima, en armonía con la naturaleza. Me ilusiona explorar una región todavía poco masificada, donde el lujo y la sostenibilidad van de la mano. Aquí no hay que elegir entre piscina o mar, porque la piscina está literalmente a orillas del océano.
Dos alojamientos, dos estilos… y un Caribe pensado a mi medida.

Plan de catamarán: una forma de conocer este litoral caribeño
Mi hoja de ruta: lo que espero hacer en cada destino
Me apetece mucho hacer alguna excursión en catamarán, con música, parrillada, mojitos y bailes. Me han contado que a veces paran en zonas muy tranquilas de agua turquesa, que llaman “lagunas”, a pesar de estar en pleno mar, donde puedes ver peces, alguna estrella de mar —aunque ya no quedan tantas como antes—, rayas y, si tienes suerte, hasta tortugas. Esta zona es un paraíso tanto para quienes bucean como para los que hacen snorkel. Hemos contratado la excursión a Isla Saona y tengo unas ganas locas porque es uno de los lugares más icónicos del país.
También me apetece visitar mercadillos y pequeñas tiendas de artesanía local. Me han hablado también de Domitai Park, un parque natural que combina aventura, cultura taína y naturaleza, ideal para pasar una jornada diferente, con buggies, tirolinas, paseo a caballo, cuevas…
En la zona de Miches, mi plan es conectar más con la naturaleza: hacer senderismo o alguna ruta ecológica, subir a Montaña Redonda y hacerme la típica foto en las hamacas con vistas infinitas, conocer Playa Esmeralda, pasear por la costa y saborear platos locales en entornos naturales. Y, por supuesto, disfrutar del hotel y su playa con calma, sin prisas, sin mirar el reloj.
Un equilibrio entre relax, descubrimiento y naturaleza. Un viaje que suena a Caribe, pero también a aventura, a emociones y a recuerdos por construir.

Pantalla individual de Iberojet, con el recorrido que une dos mundos de habla hispana.
Preparando la logística de mi viaje a República Dominicana
- Documentación: solo necesito pasaporte en vigor. No hace falta visado.
- Vacunas: no hay ninguna obligatoria, pero consultar a Sanidad Exterior nunca está de más.
- Moneda: la oficial es el peso dominicano, aunque aceptan dólares y euros en zonas turísticas.
- Electricidad: enchufes de tipo americano (110V). Llevar adaptador es fundamental.
- Datos móviles: todavía tengo que decidir si contratar una e-SIM o comprar allí una tarjeta local.
- Ropa: ligera y cómoda. Añadiré algo de manga larga para la noche o excursiones.
- Seguro de viaje: en este caso, no tengo que hacer nada, porque va en el paquete de Soltour.
- Antimosquitos: llevaré el de siempre: Aután. También su post-picaduras, que me ha salvado más de una vez cuando se me ha olvidado aplicar el repelente.
- Protector solar: por supuesto, factor 50+, en stick, en mi caso el de Clarins. Me encanta porque no tengo que extenderlo y es cómodo de llevar.
- Otros imprescindibles: gafas de sol, traje de baño, chanclas, algo mono para alguna noche y muchas ganas de desconectar.