Un ataque contra la mezquita de la M-30 caldea los ánimos tras la masacre belga

Cuando Bélgica y Europa todavía amanecían atónitos ante la sinrazón del terrorismo yihadista, este miércoles el ataque con bengalas de un grupo de ultraderecha radical contra la Mezquita de la M-30 caldeó un poco más el ambiente.

El ataque, que rápidamente provocó un intenso y encendido debate en las redes sociales, fue llevado a cabo por el Hogar Social Madrid Ramiro Ledesma, uno de los grupos de ultraderecha más activos en la capital, que ha ocupado varios edificios y protagonizó una campaña para repartir comida únicamente a personas desfavorecidas de nacionalidad española.

En su cuenta oficial de Twitter, este grupo explica que se trata de una acción "contra el islamismo radical" tras los atentados registrados este martes en Bruselas con dos explosiones registradas en el aeropuerto Zaventem y en la estación de metro de Maelbeek de la capital belga que han dejado un saldo de 34 fallecidos.

Para reivindicar su acción han utilizado el hashtag #TerroristasWelcome, en referencia al #refugiadoswelcome empleado para mostrar el apoyo a la acogida de los solicitantes de asilo que llegan a Europa huyendo de la guerra de Siria.

Horas antes del ataque, publicaron un mensaje en el mismo sentido en esta cuenta recordando que primero fueron los atentados de París, este martes los de Bruselas y "mañana puede ser Madrid".

Las reacciones no se hicieron esperar y además de las muestras de repulsa que se multiplicaron en las redes sociales, la comunidad islámica en España quiso condenar "las reacciones extremistas" tras el ataque. El Centro Cultural Islámico quiso destacar en un comunicado que los atentados de este martes son "inaceptables", ya que "ni la lógica ni la religión admiten este nefasto atentado": "Los musulmanes en todas parte del mundo hemos condenado este terrible hecho que dejó víctimas inocentes, incluso musulmanes también".