Los audios: Trapero malmetió a la juez contra la Guardia Civil para salvarse él

Los audios de la primera declaración del mayor de los Mossos ante la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela muestran cómo éste culpó a la Guardia Civil de que no pudieran salir de la Consejería de Economía la madrugada del 21 de septiembre. Básicamente por no haberle avisado con tiempo suficiente para preparar el operativo.

Ello a pesar de que sobre la medianoche el magistrado de instrucción que ordenó los registros, Juan Antonio Ramírez Sunyer, telefoneó delante de todos a Josep Lluís Trapero y le ordenó: "¡Saque a la Guardia Civil de ahí!" ante su inacción.

El mayor Trapero iba a dejar a la Guardia Civil en una ratonera toda la noche

La emisora RAC1 ha hecho pública esa declaración, con extractos como éste: 

"Yo le digo al juez que habíamos tenido previsto el dispositivo para salir, y que no están saliendo. Le informo de las fases, y que la última es que la secretaria judicial se niega a salir si no es con el resto de las fuerzas policiales. A raíz de ello ordeno que se hable con ella y se le pregunte si quiere salir, y ha terminado la diligencia. Ella dice que sí, se hace el ofrecimiento al resto de guardias civiles. En ese momento es cuando sabemos que la diligencia se ha acabado (...). Teníamos el pasillo hecho para salir, hasta que la Guardia Civil nos habla de los problemas informáticos y nos habla que puede ser toda la noche. Damos la orden que se desmonte el cordón policial de forma progresiva". 

Trapero ha tenido que declarar dos veces ante la juez de la Audiencia Nacional por un presunto delito de sedición y, aunque está en libertad, se le ha retirado el pasaporte.

Se le acusa, entre otras cosas, de que aquella noche dejó a la Guardia Civil en una ratonera. En el transcurso del asedio los agentes de la Benemérita le llegaron a advertir de que los manifestantes estaban intentando entrar en el edificio, algo que el mayor de los Mossos negó a la magistrada.  

No es cierto. Ellos interpretan a través de las cámaras, no con visión directa, que están intentando entrar. Se comprueba y se les dice que no hay ningún intento de intrusión de nadie. Ni en ese momento ni en ningún otro.

Las imágenes hablaban por sí solas. Media decena de vehículos de la Benemérita fueron destrozados y empapelados con símbolos independentistas y los agentes que participaron en el operativo fueron objetos de insultos, burlas y coacciones. Todo ante la pasividad de los agentes de los Mossos, que se limitaron a hacer de custodios del edificio oficial como si de vigilantes jurados se tratase.

Aun así Trapero aseguró: "De las manos no se nos escapa en ningún momento.Si hubiéramos podido planificar habría ido mejor, sí.Tenemos la comunicación el día antes, hubiera habido más espacio, los vehículos no habrían sido allí y todo habría sido más fácil". En conclusión, la culpa fue de la Guardia Civil por no avisarle.