| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Sánchez lo consigue a la tercera: la izquierda entra en éxtasis en el Congreso

El socialista sale elegido presidente con 167 síes después de un debate de investidura muy bronco. Lágrimas y abrazos al final. Su Gobierno se asentará sobre dos volcanes peligrosos.

| Ana Isabel Martín España

A la tercera, y 19 meses después de llegar a La Moncloa por el atajo de una moción de censura, Pedro Sánchez ganó este martes al fin una votación de investidura para dejar de ser presidente en funciones y serlo con todas ellas. 

No hubo ningún desertor en la bancada del PSOE, enteramente sanchista, ni ninguna otra sorpresa. Lo tenía atado y bien atado Sánchez. "Aquí hay 167 valientes, gente muy honrada y muy digna. Y honesta, sobre todo honesta", había proclamado minutos antes la portavoz del PSOE, Adriana Lastra

Y fueron esos 167, frente a 165 en contra y 18 abstenciones, los que decantaron la balanza en favor del primer Gobierno de coalición desde la II República. Una criatura que echa a andar en medio de una enorme tensión política que se ha visualizado a lo largo de todo el debate. 

Aunque en los instantes finales de la película lo que más hubo fueron aplausos, besos, abrazos, lágrimas, felicitaciones, apretones de manos, gritos de "sí se puede", gritos de "presidente" y sonrisas. Muchas sonrisas. El éxtasis. 

En el diario de sesiones quedan las amenazas de Gabriel Rufián a Sánchez -"sin mesa de diálogo no habrá legislatura"-, la sorpresa de Ana Oramas, los exabruptos de Bildu, el abrazo entre Sánchez e Iglesias, la bancada del PSOE puesta en pie aplaudiendo a su nuevo vicepresidente, el choque de manos entre éste y su antiguo compañero y amigo, Íñigo Errejón...

La legislatura arranca con el Parlamento dividido en dos bandos, por empeño del presidente: el de Sánchez y los demás, los que Casado llamó "constitucionalistas" y prometió que intentará reagrupar. Por más llamamientos que hizo el socialista al "diálogo" a superar el "clima tóxico" y la "atmósfera de irritación", su portavoz llegó a acusar al PP, Vox, Cs y demás enemigos de practicar el "matonismo". Extraña forma de buscar alianzas. 

En las tribunas de invitados y de autoridades faltaron los tres presidentes regionales del PSOE que habrían preferido un entendimiento con el PP antes que un acuerdo con los independentistas: el castellano-manchego Emiliano García-Page, el aragonés Javier Lambán y el extremeño Guillermo Fernández Vara

Sí estuvieron esta vez (no así el sábado, durante el discurso de investidura del candidato), el valenciano Ximo Puig, la balear Francina Armengol, la navarra María Chivite, el asturiano Adrián Barbón y la riojana Concha Andreu

También la presidenta del Senado, Pilar Llop, la alcaldesa de Barcelona, Miquel Iceta, Susana Díaz, Ángel Gabilondo, Juan Carlos Monedero y el que será el nuevo ministro de Universidades a propuesta de los comunes, Manuel Castells.    

El de Sánchez será un Gobierno asentado en dos volcanes que nadie sabe cuándo entrarán en erupción: ERC, pendiente siempre del escenario político catalán y de disputarse el cetro del independentismo con Junts per Catalunya; y los egos propios de un Consejo de Ministros mastodóntico.

Por lo pronto a Sánchez no le ha hecho ninguna gracia que el fin de semana Unidas Podemos se apresurara a filtrar la lista de sus ministros y sus ministerios.