| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Calviño baja los humos a Iglesias y gana el primer pulso entre vicepresidentes

La hasta ahora ministra de Economía ha empezado a marcar su territorio, como lo demuestra el acuerdo suscrito entre el PSOE y Unidas Podemos en lo relativo a la reforma laboral de Rajoy.

| Laura Moro Economía

No habrá demolición total de la reforma laboral heredada de Mariano Rajoy, del año 2012. Y no la habrá por empeño personal de Nadia Calviño

La futura vicepresidenta económica ha ganado la primera batalla de las seguramente no pocas que libre con el vicepresidente Pablo Iglesias.

El acuerdo de legislatura entre el PSOE y Unidas Podemos que este lunes han hecho público ambas partes recoge meramente una derogación de los aspectos "más lesivos" de la reforma laboral, que era precisamente la tesis que defendía Calviño frente a la derogación total que pretendían los morados. 

En concreto, el pacto habla de recuperar "los derechos laborales" perdidos en 2012. Los empresarios no podrán despedir por absentismo causado por bajas por enfermedad; tampoco habrá ya prioridad en la aplicación de los convenios de empresa sobre los sectoriales. 

A este último respecto, el Gobierno de coalición se compromete a eliminar las limitaciones temporales de los convenios, de forma que se sigan aplicando mientras no se apruebe uno nuevo.

También impondrá a las empresas nuevos límites a la subcontratación laboral y también a la modificación de los contratos de forma unilateral. Y procurará que las crisis económicas no sean motivo de inaplicación de los convenios.

En principio no se tocará la indemnización por despido, tal y como quería Calviño, que el mes pasado afirmó que no es "particularmente bajo" el despido con 20 días de indemnización en comparación con el entorno europeo.

En esas mismas declaraciones, la todavía ministra de Economía en funciones ponía el acento en los "abusos en las subcontratas", que es finalmente por donde pasa el acuerdo. Y también en la lucha contra la "precarización".

La diferencia de criterios entre el eje Calviño-Bruselas e Iglesias amenaza con dar más de un quebradero de cabeza a Sánchez.