×
Portada
España
Investigación
Opinión
Medios
Chismógrafo
Andalucía
Castilla y León
Castilla-La Mancha
C. Valenciana
Economía
Deportes
Motor
Sostenibilidad
Estilo
esTendencia
Salud
ESdiario TV
Viajar
Mundo
Suscribirse
Portada
España
Investigación
Opinión
Medios
Chismógrafo
Andalucía
Castilla y León
Castilla-La Mancha
C. Valenciana
Economía
Deportes
Motor
Sostenibilidad
Estilo
esTendencia
Salud
ESdiario TV
Viajar
Mundo
Suscribirse
La primera condición que Vox pondrá al PP y a Cs no gustará nada a Albert Rivera
El partido de Abascal es el único que no ha reunido a su Ejecutiva ni tiene fecha para hacerlo. Su líder tampoco ha hablado con Casado aún. Sus tiempos son otros, pero ya tiene una certeza.
Sin haber obtenido un gran resultado en números, Vox ha conseguido ser necesario para mayorías de centro derecha en las comunidades de Madrid, Murcia y puede que en Aragón, en 17 capitales -incluida la de España- y en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
Y esta vez han aprendido la enseñanza que les dejó Andalucía: nada de regalar los votos, nada de conformarse con dar testimonio de otro matrimonio entre el PP y Ciudadanos.
El partido aún tiene que estudiar en qué gobiernos autonómicos o municipales intentará entrar, porque de hecho es el único que este lunes no reunió a su Ejecutiva. Ni sabe cuándo va a hacerlo. Ni tampoco su líder, Santiago Abascal, ha hablado aún con Pablo Casado.
No obstante su candidata en la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio, ya dio pistas de por dónde van a ir al señalar: "Entrar en el gobierno es la mejor manera de hacer valer nuestros escaños".
Está claro que los tiempos de Vox son distintos a los del PP y Cs. Y que no tienen la misma prisa. Lo que sí tiene claro la dirección del partido verde es cuál será la primera condición que pondrán allí donde demanden su ayuda: sentarse a la misma mesa de negociación que el PP y Cs. Y que dejen de insultarles, según fuentes de la cúpula consultadas por ESdiario.
Que los de Casado homologuen Vox a Cs y unan a ambos en mesas de negociación conjuntas está complicado, sobre todo por las reticencias de Albert Rivera a compartir nada con los de Abascal. Y menos gobiernos.
De hecho en Andalucía fue el PP el que se encargó de negociar con Cs y, solo cuando hubo sellado un acuerdo, llamó a la puerta de Vox.
Este lunes tanto Isabel Díaz Ayuso como el propio Casado abrieron la puerta a que Vox entre en sus equipos de gobierno. O al menos no se negaron. Pero con Rivera será distinto. Ya lo dijo su candidato en Madrid, Ignacio Aguado: ellos negociarán con el PP, y lo que el PP haga con Vox será asunto suyo.
La rueda de los pactos no ha hecho más que empezar a andar. Queda mucho por delante.
