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Francesc Sanguino y Ángel Franco tras las elecciones de 2019 / FOTO: Manuel Lorenzo, El Mundo
Francesc Sanguino y Ángel Franco tras las elecciones de 2019 / FOTO: Manuel Lorenzo, El Mundo

Franco, vuelve

Francesc Sanguino amaga con dimitir pero no dimite y reunida la ejecutiva local se produce un enfrentamiento que sube de tono hasta en la misma calle

| Juan Navarro Edición Alicante

“En el año 2003 las encuestas daban a Ángel Luna suficientes concejales para ser alcalde de Alicante. Hablamos con Valencia y Madrid; ambas ejecutivas dieron el visto bueno. Al volver de Madrid Luna me dijo: Yo no soy la solución, soy el problema, y rechazó. La familia real le llamó hasta traidor, le negó su apoyo y le impidió presentarse. Rápidamente propusimos a Blas Bernal”. Así me explicaba Ángel Franco la situación de la elección de candidatos a las elecciones municipales a partir de 2003.

La familia real es el grupo de militantes socialistas organizados alrededor de Luna, Gisbert y Mira y que ejercen una gran influencia en el partido. Lo de familia real proviene de su concepción patrimonial del partido y sus relaciones familiares.

Blas Bernal superando en primarias a Sánchez Brufal y nombrado candidato, obtiene 12 concejales, el PP 14 y Entesa 1.

En 2006 el grupo socialista vota a favor del plan Rabasa que contemplaba 11.000 viviendas muchas de ellas sociales y de alquiler a precio tasado. El escándalo es tremendo pues el promotor es Enrique Ortiz y desde Valencia preferían a otros constructores como Luis Batalla y demás. Dimisión de Juan Antonio Román, secretario general de la ejecutiva local, creación de una gestora presidida por García Miralles y cese de Bernal como portavoz y nombramiento de Manuel de Barros. Antes del cese de Bernal, las encuestasdaban un empate técnico PP-PSOE.

En 2007 se presenta a Etelvina Andreu como cabeza de lista municipal, obtiene 14 concejales frente a los 15 de Alperi. Unas semanas después Andreu marcha a Madrid con Bernat Soria. Manuel de Barros se queda como sustituto.

En 2011, y tras la llegada del “Pajinato”, otra familia real cercana a la anterior, buscan de candidata a Elena Irene Martín secretaria de organización de la ejecutiva en Valencia. Martín había llegado a secretaria de organización con Jorge Alarte por presiones del “Pajinato”, cuya cabeza visible era Leire Pajín. En unas primarias disputadas entre Martín y Fernández Valenzuela, es proclamada Martín Crevillén obteniendo 8 concejales frente a 18 de Sonia Castedo, 2 de Miguel Ángel Pavón y 1 de Unión Progreso y Democracia.

En 2015 la ejecutiva propone a Gabriel Echávarri que dimite por imputado y llegamos hasta 2019.

Puig ofrece la candidatura a varias personas y recibe las mismas negativas pero alguien le susurra a Ximo Puig el nombre de Paco Sanguino. Puig agobiado, da el visto bueno a pesar de que no le gustaba el candidato.  Sanguino, director del Teatro Principal, con una gestión oscura, con ceses de un administrativo y una taquillera sustituidos por dos empleados con contrato mercantil, es decir autónomos, con una disminución de asistentes a los diferentes espectáculos teatrales, una deriva financiera en la cuenta de resultados y censuras a empresarios teatrales como Arturo Fernández cuya última obra de teatro había dado muy buenos resultados de asistencia de público en otras capitales, es nombrado candidato.

Ángel Franco, que no tuvo nada que ver con su nombramiento pero que siempre ha querido consolidar pactos y estructuras integradoras en el partido, nota que el grupo municipal no funciona

Sanguino muestra un escaso o nulo trabajo y una ausencia total de liderazgo. No asistía a reuniones del grupo, no promovía ningún tipo de proposiciones que llevar al pleno y por ahí.

Ángel Franco, que no tuvo nada que ver con su nombramiento pero que siempre ha querido consolidar pactos y estructuras integradoras en el partido, nota que el grupo municipal no funciona. Como político experimentado y hombre de partido, no le gusta lo que ve, habla con unos y otros y el grupo municipal le indica a Sanguino que sería bueno un cambio de estrategia, pero un dramaturgo “diletante”, que no le gusta estar en la oposición y el trabajo y que aspiraba a un puesto en el tercer escalón del gobierno de Sánchez (director general o lo que sea) no acepta las sugerencias del grupo municipal. Ximo Puig al que no le agradaba el candidato a pesar de ponerlo él, se pone de perfil y traslada que ese es el problema de la ejecutiva local y del grupo municipal. Ángel Franco, viendo la caída vertiginosa de la intención de voto a menos de un año de nuevos comicios, vuelve a hablar con unos y otros y la comisión ejecutiva local, liderada por Miguel Millana, toma cartas en el asunto. En el interín Sanguino cesa a todos los colaboradores y asesores y les quita representación en determinadas instituciones municipales sin contar con nadie.

Paco Sanguino, ahora Francesc, amaga con dimitir pero no dimite y reunida la ejecutiva local se produce un enfrentamiento entre la familia real a través del príncipe de Asturias, Tony, el hijo de Graells y Mira, y la conversación sube de tono hasta en la misma calle. El secretario general Millana le increpa en la calle llamándole bobo después de soportar un torrente de invectivas por parte de Mira Graells.

A Ángel Franco lo han acusado de casi todo hasta de estar a sueldo de Enrique Ortiz, pero siempre contesta lo mismo: “Vivo en un apartamento con mi mujer que está en paro, cobro mi pensión de profesor de filosofía y parlamentario, jamás he salido en una conversación grabada por la policía ni he recibido favores de nadie, nadie me ha regalado una reforma en mi domicilio jamás, no como a otros que luego pierden las facturas cuando se las piden; sencillamente me he dedicado a trabajar por el partido e integrar las diferentes corrientes democráticas que existen en el mismo, pero hay un sector que patrimonializa el partido, los Mira, Luna, Graells y demás y para ellos yo soy un ocupa al que hay que expulsar”. ¡Vuelve Franco!