| 30 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Isabel Díaz Ayuso
Isabel Díaz Ayuso

Qué te juzgan, Ayuso

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha dejado a todos con dos palmos de narices tras una gestión audaz que no ha tenido ni un segundo de respiro desde que llegó a la Puerta del Sol.

| David Arranz Opinión

 

Viendo el anuncio de la convocatoria de elecciones, dos imágenes se dibujaban en mi mente. Una, la de los desesperados hosteleros manchegos luciendo mascarillas y carteles que rezaban "Queremos una Ayuso". Otra era la de Cristina Almeida afirmando ante Ferreras, que "si las mujeres mandasen, hasta Ayuso sería capaz de ser más mujer".  

La disolución de la Asamblea ha sido el último acto de una mujer valiente de los pies a la cabeza. Hemos visto cómo en más de una ocasión se ha jugado su pellejo tomando medidas arriesgadas que rompían esquemas por el bien de los madrileños, de la salud de éstos y de la economía de todos. Y eso en política es tan valioso como escaso. 

La apertura de la hostelería y la defensa a ultranza de éstos como lugares seguros, a la vez que se aplicaban restricciones concretas en barrios con altos índices de contagios son los mejores ejemplos de ello. Mientras, veíamos cómo otras regiones del país no conseguían reducir el número de casos a pesar de estar cerradas a cal y canto. 

 

Ella fue la primera en cerrar centros educativos en toda España cuando el gobierno estaba quitándose los guantes morados del 8M diciendo aquello de “besos y abrazos no”. De hecho, muchas de sus medidas eran entorpecidas desde Moncloa y cuando funcionaron, generaron diversidad de reacciones: los medios internacionales como el Frankfurter Allgemeine Zeitung habló de "el milagro de Madrid", y aquellos que la ponían de tonta y loca han tenido que hacerse chiquititos y comerse sus palabras. 

Pero la campaña de acoso y derribo a Ayuso ha sido constante y ninguna medida que planteaba era buena, suficiente, lógica o económica. Siempre los horarios eran demasiado amplios, las mascarillas demasiado buenas o los hospitales demasiado caros. Aunque después no se los llevara el viento de levante. 

Como es lógico, también ha cometido errores. Desde la foto de Ifema con más gente de la que debía hasta sus lapsus linguae que no dejan de ser propios de una persona que ha estado trabajando 24 horas al día durante meses. Porque de lo que nadie puede dudar es que ha estado siempre al pie del cañón dando la cara, mientras el Presidente del Gobierno solo sale cuando hay que dar mensajes positivos. 

La retorcida Moncloa

Pero, ¡ay los datos! Esos acompañantes de viaje más pegajosos que la hemeroteca, esos bastardos que matan el relato más retorcido del jefe de gabinete de Moncloa. Esos dicen que el crecimiento de Madrid del 4,4% en el último trimestre de 2020 ha superado a todas las demás regiones, algunas de las cuales se hundían.

Los datos también han demostrado que sus medidas eran las correctas. Que por Barajas entraban positivos sin control y que el Zendal ha ayudado a luchar frente al virus aumentando considerablemente la capacidad hospitalaria en tiempo récord. 

Ahora su ya exvicepresidente recurre al manido recurso de afirmar que ha perdido la cabeza. ¿Por qué? ¿Porque ha visto venir vuestro juego de sillas y se ha adelantado a la deslealtad de Ciudadanos y de Inés Arrimadas? Pues que juzguen su gestión, pero no ustedes, que juzguen los madrileños.