La provincia de Huelva suma un monumento a su patrimonio y una buena razón para visitarla
En la Tierra Llana de Huelva se encuentra el conjunto dolménico de Soto, una necrópolis megalítica que sorprende por sus sofisticadas construcciones que juegan con efectos lumínicos.
Los amantes de la historia y la arqueología tienen una cita obligada en la provincia de Huelva para conocer sus orígenes a través del Conjunto Dolménico de Soto y su entorno, situado en los términos municipales de Beas, Niebla y Trigueros. Un lugar que demuestra la capacidad constructiva y de estudio de los fenómenos astronómicos que tenían los humanos en el Neolítico y que supone un referente histórico en el estudio del megalitismo en la provincia onubense.
A pesar de la importancia de este espacio, ha sido ahora cuando es reconocido su valor, gracias a la acción de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, al ser incluido en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz (CGPHA) como Bien de Interés Cultural (BIC), con la tipología de Monumento.
Junto a los dólmenes de Antequera, en Málaga, este Conjunto Dolménico de Soto puede ser uno de los más interesantes de la comunidad y el más relevante de la Tierra Llana de Huelva. Esta necrópolis megalítica está compuesta por tres dólmenes de distintos tamaños y soluciones constructivas, que se distribuyen en una franja lineal de 300 metros de longitud con dirección noreste-suroeste, ocupando dos lomas separadas por un barranco, en la margen derecha de la ribera del arroyo Candón.
Una sofisticada construcción
Estos monumentos presentan una amplia cronología de uso desde el Neolítico Medio a la Edad de Bronce. La mayor parte de los soportes pétreos de la estructura ortostática, el anillo peristalítico y el túmulo se corresponden con diversas litologías que fueron aprovisionadas en su inmensa mayoría del medio geológico local, pero también se emplean soportes cuya litologías se corresponden con formaciones geológicas lejanas que se sitúan entre 30 y 50 kilómetros de distancia.
En dichos bienes se constatan técnicas constructivas sofisticadas, que implican "gran pericia técnica y capacidad de planificación", tales como el reaprovechamiento de estelas y menhires transformados ex profeso para su empleo en la construcción megalítica, "evidenciándose una diversidad extraordinaria de tratamientos tecnológicos, la orientación astronómica y la búsqueda de efectos lumínicos en relación con episodios astronómicos o el dominio de la perspectiva lineal, dirigida a crear y reforzar una ilusión óptica de incremento y agrandamiento el espacio construido interno".
Por su parte, el entorno, instrumento esencial en la protección de los bienes de interés cultural, adquiere, en el caso del megalitismo, una especial relevancia si cabe, ya que todo el conjunto configura un paisaje megalítico del que los dólmenes son un hito topográfico más junto con los naturales. Dentro del entorno destaca el ámbito específico del cono visual que se proyecta desde la entrada al corredor de Soto 1 hacia los límites de la oscilación del orto solar entre el solsticio de verano y el de invierno.
Trabajos necesarios de conservación
Aunque con esta declaración de Monumento se ha dado un paso, desde la Junta considera que "resulta necesario delimitar convenientemente, en base a los datos obtenidos en las diversas actuaciones arqueológicas llevadas a cabo, tanto el polígono en el que se inscribe el bien como su entorno, para su adecuada protección y tutela".
La conservación de este sector resulta "imprescindible" para que se puedan apreciar los efectos lumínicos que los constructores de Soto 1 buscaron con la orientación astronómica de su corredor. Dentro de la delimitación del entorno se sitúa el Yacimiento Arqueológico de Soto, al que se le debe dotar de contenido de protección arqueológica en las instrucciones particulares.