Castilla y León celebra su día con una llamada a la libertad y el respeto por parte del presidente Mañueco

Castilla y León ha conmemorado este martes su festividad autonómica con un ambiente festivo y multitudinario en Villalar de los Comuneros, símbolo histórico del espíritu comunero que dio origen a esta celebración. A pesar de la ausencia del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco —debido al luto oficial por el fallecimiento del Papa Francisco—, el dirigente ha trasladado un mensaje institucional cargado de simbolismo y sentido democrático.

"El que quiera participar que participe y el que no quiera que no participe. Cada uno puede celebrarlo como quiera, desde la libertad y el respeto", ha expresado Mañueco en su felicitación a los ciudadanos de Castilla y León. En su declaración, ha subrayado la importancia de una convivencia plural y respetuosa, recordando la herencia común de León y Castilla que, en palabras del presidente, "suma más de 800 años de historia compartida".

El Día de Castilla y León se celebra cada 23 de abril en recuerdo de la Batalla de Villalar, librada en 1521, cuando las tropas imperiales de Carlos I derrotaron a los comuneros castellanos. Esta batalla, y especialmente la ejecución de los líderes comuneros —Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado—, se ha convertido en símbolo de la lucha por la libertad, la resistencia frente a la tiranía y la defensa de los derechos de las Cortes frente al absolutismo.

Desde 1986, esta fecha es reconocida oficialmente como el Día de Castilla y León, una jornada que no solo honra la memoria histórica, sino que también invita a reflexionar sobre el presente y el futuro de la comunidad autónoma.

La villa de Villalar ha acogido este año a más de 20.000 personas que han participado en actividades culturales, conciertos, exposiciones, encuentros intergeneracionales y ofrendas florales. Las banderas comuneras han teñido de rojo carmesí las calles de este pequeño municipio vallisoletano que, año tras año, se transforma en el corazón simbólico de Castilla y León.

A pesar de la ausencia física de Mañueco, su mensaje ha estado muy presente en un día en el que el espíritu de los comuneros, lejos de apagarse, se renueva en forma de participación ciudadana, diversidad y orgullo regional.