ESdiario


Las “extravagantes” vacaciones secretas de Felipe y Letizia: problema en Zarzuela

No ha gustado nunca en la Casa Real que se comenten asuntos privados de los monarcas pero Pilar Eyre ‘destripa’ un comportamiento habitual y lo compara con Don Juan Carlos y Doña Sofía

Los Reyes Felipe y Letizia, en las calles de Madrid el pasado marzo.

Los Reyes Felipe y Letizia, en las calles de Madrid el pasado marzo.Europa Press

Publicado por

Creado:

Actualizado:

De forma muy directa arranca su blog semanal en la revista Lecturas Pilar Eyre a la hora de hablar de las vacaciones de los actuales Reyes y lo hace con una comparación: ·el silencio que han impuesto Felipe y Letizia contrasta con las múltiples imágenes de las vacaciones de Juan Carlos y Sofía, que además detallaban cómo pasaban Nochebuena y Nochevieja”.

Y el texto no deja de ser contundente en ninguno de sus párrafos porque a continuación la veterana cronista opina que “por mucho que estemos acostumbrados, no deja de ser una extravagancia que los reyes desaparezcan del mapa durante quince días, sin que sepamos nada de ellos ¡podría habérselos tragado la tierra y nadie se habría enterado! Y este inexplicable silencio no hace más que propiciar los rumores más demenciales, desde amores secretos a viajes a lugares exóticos y todo tipo de elucubraciones, algo que en el fondo debe gustar a la pareja real ya que repite el mismo modus operandi año tras año desde hace veinte”.

Eyre no está de acuerdo con la justificación que de estas ‘ausencias’ da la Casa Real: “Se suele justificar este largo paréntesis vacacional en la necesidad de descanso de la pareja real dado el inmenso trabajo que recae sobre sus hombros. A ver, creo que este peso es menor que el de cualquier ciudadano corriente. Para empezar, no tienen que hacer ninguna tarea doméstica, sólo deben tocar un timbre para que les lleven desde un vaso de agua a una comida para doce personas. Cuando Letizia se hizo novia de Felipe comentó su sorpresa al ver que su futuro marido no había abierto nunca una nevera personalmente. Ahora Letizia no sé si ha abierto neveras, pero seguro que no ha vuelto a coger una escoba ni ha necesitado plancharse una camisa desde que dejó de ser una persona corriente”.

La veterana periodista catalana cronista de las Casas Reales llega a cuestionar incluso la agenda de los Reyes:

“Su trabajo tiene un alto valor representativo y estoy segura de que llevan a cabo todas las tareas para las que se les requiere, pero el hecho de poder ver tantas imágenes de cada acto tiene un efecto multiplicador indudable. Este año pasado la pareja solo ha realizado dos viajes oficiales, a Holanda e Italia, ha asistido al funeral de Constantino en Windsor y, por separado, a los Juegos Olímpico de París. La agenda del rey está bastante llena de audiencias, aunque mucho menos que la de su padre, según me aclara un exempleado de la casa. La Reina Letizia, por su parte, ha tenido una media de dos o tres actos semanales. Es cierto que, según dicen, se los prepara a fondo, pero a pesar de eso tiene muchos días a la semana en los que puede dedicarse a tiempo completo a algunas de las opciones que le proporciona su lujoso tren de vida. Aunque, como dijo su abuela Menchu el día de su boda citando a San Pablo, ‘si no tengo amor, todo me falta’”.

Ausencias programadas de los Reyes

Pilar Eyre, de la misma forma, critica en su blog el apagón informativo sobre estos viajes:

“Lo más llamativo de estas ausencias programadas, tanto las de verano como las de invierno, es la falta total de noticias sobre sus actividades, una rareza que no ocurre en ninguna monarquía ¡hasta los emperadores de Japón se han dejado ver en la fiesta de fin de año! Líbreme Dios de comparar este reinado con el anterior, pero no puedo dejar de acordarme de las múltiples imágenes de las vacaciones invernales de Juan Carlos y Sofía con sus hijos”.

“No solo se sabía cómo pasaban la Nochebuena y la Navidad, sino que se les fotografiaba tranquilamente en el Valle de Arán e incluso tenían la deferencia de posar para la prensa. Es una pena que esa tan publicitada trasparencia no incluya también estas misteriosas, no diré vacaciones, sino desapariciones. Es una forma pésima de terminar un año en el que la monarquía ha hecho valiosos esfuerzos para acercarse a los ciudadanos. ¿Somos exagerados? Quizás sí, pero es que no queremos esperar una generación para saber lo que se cocina de verdad entre los muros de palacio”. concluye.

tracking