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La penitencia de Begoña Gómez: repudiada por la sociedad madrileña se recluye en Moncloa

La esposa del presidente del Gobierno experimentó un ascenso social meteórico rodeada de glamour. Pero si rápido fue su auge más abrupta aún ha sido su caída

Begoña Gómez, durante la Comisión de Investigación de la Asamblea de Madrid.

Begoña Gómez, durante la Comisión de Investigación de la Asamblea de Madrid.Europa Press

David Lozano
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Cuando en junio de 2018 su esposo llegaba a la presidencia del Gobierno tras la moción de censura a Mariano Rajoy, todos hablaban de la esposa de Pedro Sánchez con enorme admiración.

Begoña Gómez había conquistado, sin hacer mérito alguno, a la sociedad y muy especialmente a la madrileña, que se daba codazos por contar con ella como invitada especial en los cientos de eventos de la noche capitalina. La ‘primera dama’ “daba prestigio y glamour”, explica a ESdiario un conocido organizador de actos sociales en Madrid.

Pero su ascenso fue tan rápido como su caída, que comenzó a fraguarse con los rumores sobre sus problemas con la Justicia y los dimes y diretes acerca de sus negocios privados, siempre bajo el amparo del aparato de La Moncloa y del propio Sánchez. Historias que empezaban a desprender un inconfundible tufillo a corruptelas, tratos de favor, amiguismo y tráfico de influencias.

Cuando un entonces desconocido juez, Juan Carlos Peinado, abría varias investigaciones sobre estas actividades —hasta cinco imputaciones acumula—, la exquisita primera dama se caía del cartel. Quienes estaban dispuestos a dar el oro y el moro por su presencia, simplemente la borraban de la lista de invitados y protocolo. De admirada a apestada.

Su caída tuvo un punto de inflexión en septiembre, cuando la Universidad Complutense decidió no continuar con la Cátedra Extraordinaria en Transformación Social Competitiva que dirigía Begoña Gómez. En un correo electrónico, la secretaría del Vicerrectorado de Relaciones Institucionales y Gabinete del Rector comunicaba a representantes de la Fundación La Caixa y de Reale Seguros que el convenio, que vence el 30 de octubre de 2024, no sería renovado.

Fuentes relacionadas con la cátedra señalaban que Reale Seguros ya había expresado su voluntad de no continuar financiando el proyecto, mientras que la Fundación La Caixa esperaba conocer la decisión definitiva de la Complutense, conocida este mediodía.

La reacción de la citada empresa aseguradora era una muestra más de la repulsa que empezaba a levantar la mujer de Sánchez. Todos huían de quien, apenas semanas antes, era su ‘musa’.

Desde entonces, son muchos los eventos en los que Begoña Gómez ha sido excluida, especialmente desde que se encuentra a las puertas del banquillo de los acusados. Particularmente significativa es su ausencia en una celebración muy querida por ella: la Mercedes Benz Fashion Week de Madrid. La ‘primera dama’ era una fija de la pasarela, acudiendo junto a Pedro Sánchez o en solitario, como gran aficionada a la moda… pero ya su presencia forma parte del pasado.

Como en otros importantes actos o ceremonias —fiestas de embajadas o celebraciones de prestigiosas firmas nacionales e internacionales—, Begoña Gómez no va. Y lo más relevante: nadie la espera.

Recluida en La Moncloa, evita también caminar por las calles de Madrid, donde escucha los reproches y abucheos de los ciudadanos. Únicamente le queda el respiro del cine porque —aunque en un acto blindado y sin contacto con el público— recientemente asistió al estreno de la última película de Alejandro Amenábar, El Cautivo.

Irónicamente, ella misma está cautiva en Moncloa, repudiada por una sociedad que la admiró no hace tanto. Ahora habrá que esperar a la gala de los Premios Goya para verla de nuevo en público, porque el matrimonio Sánchez-Gómez ha hallado un oasis de paz en el cine nacional. Un oasis que, eso sí, nos sale muy caro a todos los españoles.

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