Otro inaceptable error de imagen de Zarzuela salpica gravemente a Leonor y a Doña Sofía

Ni una imagen, ni un gesto, ni una felicitación pública. El pasado fin de semana coincidieron dos efemérides de enorme peso simbólico para la Corona: la Princesa Leonor cumplía 20 años y la Reina Sofía, 87. Dos generaciones que representan el pasado y el futuro de la monarquía española, y de las que, sin embargo, no ha trascendido ni un solo detalle. Ni una foto, ni una declaración, ni una palabra desde Zarzuela. Un silencio tan clamoroso que ha vuelto a despertar las críticas —ya generalizadas— hacia la estrategia comunicativa de la Casa Real.

Según se comentó en el programa de Federico Jiménez Losantos en esRadio, la falta de transparencia y de narrativa pública de la institución resulta “incomprensible” en pleno siglo XXI. En palabras de la periodista Ana Mateu, “no hemos tenido ni una foto de Leonor en su 20 cumpleaños; desde que está en San Javier apenas hemos visto una imagen reciente, y nada se ha difundido del cumpleaños de la reina Sofía. En Reino Unido, incluso cuando el príncipe Harry cumple años, los príncipes de Gales publican una felicitación institucional. Aquí, seguimos como si estuviéramos en el cine mudo”.

La escena resulta aún más desconcertante si se tiene en cuenta que el Rey Felipe VI estaba ese mismo fin de semana en Egipto, inaugurando el Museo de Giza, sin rastro de la Reina Letizia, y sin constancia de que la heredera viajara a Madrid para celebrar su aniversario. Todo lo que rodeó a esas fechas ha sido un vacío informativo absoluto, que alimenta rumores y malestar en el entorno mediático de la monarquía.

Y no es casual. Según publicábamos en ESdiario, el malestar con la nueva directora de Comunicación de Zarzuela, Rosa Lertxundi, crece a pasos agigantados. Su gestión ha sido objeto de fuertes críticas, especialmente tras los incidentes en la recepción del Palacio Real durante el Día de la Hispanidad, cuando varios periodistas se quejaron de falta de información, descoordinación y un trato distante por parte del equipo de prensa, además de una nueva política de acreditaciones muy restrictiva, Desde entonces, los medios hablan abiertamente de un “muro informativo” en torno a la Familia Real.

“El problema no es el silencio, sino el desconcierto que genera”, explican fuentes habituales en Palacio. La estrategia de Lertxundi —una periodista con perfil discreto y de corte más institucional que mediático— está provocando una ruptura de confianza con los medios y un apagón informativo que deja a Zarzuela sin relato propio, justo en el momento en que la monarquía necesita reforzar su conexión con la ciudadanía.

A los ojos de muchos observadores, el mutismo mediático en torno a Leonor y Sofía, unido a la ausencia pública del Rey y de Letizia en fechas tan señaladas, transmite una sensación de frialdad y desconexión. “Los Reyes no hablan, apenas se dejan ver, y cuando lo hacen, es con un protocolo que roza la rigidez”, lamentaba en esRadio la periodista Beatriz Cortázar.

En el fondo, lo que se percibe es una falta de dirección clara en la política de comunicación de Zarzuela, que oscila entre la opacidad y la parálisis. Ni se impulsa una narrativa moderna y cercana, ni se mantiene el equilibrio institucional que permita reforzar la imagen de la Corona. El resultado: una monarquía muda en un país que vive en tiempo real.

Mientras tanto, los 20 años de la heredera —una edad que en cualquier otra Casa Real europea sería motivo de orgullo, discurso y presencia pública— han pasado sin una sola palabra oficial. Una oportunidad perdida para consolidar la figura de Leonor y proyectar su papel como futura jefa del Estado.

Y todo por una estrategia que, de tanto querer evitar errores, ha terminado convirtiéndose en el error en sí misma.