| 01 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Luis Medina, consciente del interés mediático que despierta su paseíllo.
Luis Medina, consciente del interés mediático que despierta su paseíllo.

Luis Medina no solo lee los mensajes y contesta las llamadas sino que es tajante

Me consta que el hijo de Naty Abascal está haciendo todo lo posible para reunir la cantidad exigida por la Justicia, porque sabe las graves consecuencias de que no lo deposite.

| Isabel Rábago Chismógrafo

 

 

Quedan horas para que Luis Medina haga el paseíllo por los Juzgados de Plaza Castilla. Este viernes es cuando el hijo de Naty Abascal se sienta como investigado frente al magistrado Adolfo Carretero, para dar cuenta de los cargos que se le atribuyen: estafa agravada, falsedad en documento mercantil, blanqueo de capitales y alzamiento de bienes.

Una acusación, la del alzamiento de bienes, que se ha producido en las últimas horas cuando el magistrado se ha percatado de la disposición que Medina ha realizado sobre ese casi millón de euros que cobró como comisión por sus contratos contraídos con el Ayuntamiento de Madrid.

Disponer de una cantidad recibida por haber mediado en un negocio legal, no es delito, se convierte en tal cuando ese flujo transaccional se produce cuando eres consciente e informado de que estás siendo investigado por un juzgado tal y como consta en el auto: "(…) ha realizado disposiciones de sus bonos y patrimoniales desde el 13 de abril de 2021, fecha en que fue citado por Anticorrupción".

La petición de embargo preventivo de todas sus cuentas y bienes fue lo que descubrió que Medina tenía menos de 300 euros en sus cuentas y que no existía ya ni rastro del casi millón que ha afirmado cobrar por su papel de mediador. Ante tal hecho el juez ha decidido imputarle un nuevo delito, el de alzamiento y le ha impuesto una fianza de cerca de 900.000 euros, otorgándole un plazo para depositarlo en los juzgados en cuestión de horas.

El objetivo del juez en el caso de Luis Medina es el habitual en estas situaciones

Me consta que Luis está haciendo todo lo posible para reunir la cantidad exigida por la Justicia, que sabe las graves consecuencias de que no lo deposite. Igual que conoce que el mismo juez ha ordenado que se investiguen cuantos bienes muebles o inmuebles, así como que ha solicitado a la AEAT, para que faciliten todo tipo de datos respecto a su actual situación económica. El objetivo del magistrado es el habitual en estos casos, embargar de forma preventiva todos los bienes de Luis Medina hasta cubrir la cantidad solicitada, en concreto 891.227,07 euros.

Hemos sabido que Luis Medina se ha tomado unos días fuera de España para junto a su madre intentar calmar la preocupación que es inevitable que tenga. Cuando preguntas a Medina, porque sí lee los mensajes y contesta las llamadas, es claro en sus respuestas. Asegura estar "tranquilo" pero sobre todo convencido de su defensa y sabedor de que estamos deseando arrancarle alguna declaración más, se muestra prudente y nos invita a las horas siguientes a su declaración a hablar con más tranquilidad "estaré encantado".

El mal trago que va a pasar Medina el próximo lunes de hacer el paseíllo no será fácil y me consta que a estas horas no descartan la posibilidad de solicitar al magistrado el poder entrar por otra puerta. Saben que ningún medio se perderá el paseíllo, él ha crecido entre focos y portadas de revista y su caso tiene todos los ingredientes que dan audiencia: aristócrata, niño mimado de su madre, ojo derecho de su desaparecido padre y unas comisiones en un caso de corrupción administrativa o política, quién sabe.

Luis Medina vivirá en primera persona la "pena del telediario"

El lunes vivirá en primera persona lo que nosotros llamamos la "pena del telediario", esa pena, sentencia que siempre arrastrarán los personajes mediáticos, aunque después de años litigando en los juzgados demuestren finalmente su inocencia. Y es que se ha convertido en práctica habitual que en este tipo de casos en los que aparece un determinado nombre o apellido, aparezcan fiscales y jueces, sin formación alguna, que, desde los platós, firman y aseveran sentencias de culpabilidad.

Estaría bien recordar que la moral y la ética no aparece en el Código Penal y que la presunción de inocencia es un derecho que no se debe vulnerar. Estaría bien recordar que, si Luis Medina es culpable, lo determinará un juez y que junto a él se sienta en el banquillo un señor que se apellida Alberto Javier Luceño, pero eso parece que no importa mucho.