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Los 3 problemas que deberían preocupar a Raquel Bollo pero le son indiferentes
Aunque lleva algún tiempo alejada de la primera línea de corazón de Telecinco, la diseñadora ha recuperado actualidad últimamente y no precisamente por cosas buenas o beneficiosas.
Las polémicas se le acumulan a Raquel Bollo. Alejada de la pequeña pantalla desde hace tiempo, la sevillana está en el ojo del huracán por varios motivos: el primero, por su asistencia a los Goya pese a que ella no se dedica al mundo del cine (fue invitada como embajadora de la moda flamenca por parte del Ayuntamiento de Sevilla) y a que muchos actores se quedaron sin pisar la alfombra azul; el segundo, por las declaraciones de Rocío Cortés, hija de Chiquetete, asegurando que sigue cobrando la pensión de viudedad de su padre aunque su matrimonio se rompió mucho antes del fallecimiento del artista; y el tercero y más importante, por los graves problemas legales que tiene la diseñadora.
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Y es que según adelantó Fiesta y desarrolló Sálvame, Raquel se enfrenta a un juicio por el que podría ir a prisión acusada de los delitos de insolvencia punible, alzamiento de bienes y obstrucción a la justicia.
La deuda de Raquel Bollo no le quita la sonrisa y se confiesa "divinamente"
Todo viene de una deuda que arrastra desde que perdió una demanda contra el honor en 2015; fue condenada a pagar las costas, 30.000 euros, pero no lo hizo por la elevada deuda que mantiene con Hacienda y que, al negarle la posibilidad de ser fraccionada, todavía no ha pagado. La persona que le ganó la demanda se querelló contra ella y en pocos días la sevillana se sentará en el banquillo de los acusados. Un duro varapalo tras el que ha reaparecido tranquila y con una sonrisa.
Sin rastro de preocupación en su rostro y asegurando que se encuentra "divinamente" la excolaboradora de Telecinco reapareció sin nada que decir sobre las informaciones que aseguran que podría ir a prisión si se demuestra que cometió los delitos de insolvencia punible, alzamiento de bienes y obstrucción a la justicia al ocultar algunos de sus ingresos para no hacer frente a una deuda que no ha dejado de aumentar en el tiempo y que podría traerle consecuencias tan graves como la de ser condenada a prisión si se demuestra su culpabilidad.
