| 28 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El Rey Juan Carlos entierra el hacha de guerra con el que fuera su peor enemigo

Las desavenencias entre el rey emérito y el duque de Lugo empezaron en los días en que ambos pugnaban por ser designados herederos de Franco. Una historia que ha llegado hasta nuestros días.

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El Torneo de Polo de Sotogrande ha servido para que Luis Alfonso de Borbón sea desagraviado por don Juan Carlos, que le saludó muy afectuosamente y no puso inconveniente en que las cámaras inmortalizaran el momento. Junto al Rey emérito, la Infanta Elena acompañada por sus dos hijos, Pipe y Victoria Federica, también ella estuvo de lo más afectuosa y sonriente con el hijo del duque de Cádiz y Carmen Martínez-Bordiú. Se pone así fin a un enfrentamiento que empezó cuando los primos Borbón eran jóvenes y ambos pugnaban por ser designados como herederos de Franco. La candidatura de Alfonso estaba avalada, empujada y bendecida por su suegro, el marqués de Villaverde, que ya veía a su hija convertida en reina. Sin embargo, el matrimonio entre Carmen y Alfonso se acabó cuando ella se marchó a París para vivir su amor por Rossi, al que conoció durante un crucero.

Los dos hijos de Carmen y Alfonso quedaron con su padre. El destino quiso que un desgraciado accidente de tráfico acabara con la vida del mayor, Fran. La nieta de Franco pidió la custodia de Luis Alfonso pero aquello no cuajó. Paradojas de la vida, cuando el duque falleció en un accidente mientras esquiaba por la noche,  sobre el que siempre se ha cernido la sospecha de un supuesto asesinato, Luis Alfonso quiso quedarse a vivir en Madrid junto a su abuela materna, Carmen Franco. Su madre volvió a París. El tiempo ha limado asperezas entre Carmen Martínez-Bordiú y Luis Alfonso.

Cuando Luis Alfonso de Borbón y Margarita Vargas anunciaron que se casaban, cursaron las invitaciones. Una de ellas llegó a Zarzuela. Sin embargo, los reyes y sus hijos declinaron asistir debido al enfado que se pilló el soberano porque su sobrino se presentaba como alteza real y duque de Anjou. Don Juan Carlos creyó que Luis Alfonso había sobrepasado todos los límites al utilizar un tratamiento y un título que considera no le correspondía. Tiempo después, la reina Sofía telefoneó a Carmen para saber cómo había ido el enlace y conocer qué tal se encontraban los novios. Fue una conversación tensa donde la nieta de Franco estuvo fría y no ocultó su malestar por el desaire que le habían hecho a su hijo.

En el otoño de su vida, el rey emérito ha decidido arreglar ciertos asuntos del pasado. Luis Alfonso estaba en su agenda. Quizás don Juan Carlos se haya dado cuenta de que debía haber prestado más atención a su sobrino dadas las circunstancias trágicas que han marcado su vida. Sea como fuere, el caso es que la reconciliación es un hecho. Está por ver si el rey Felipe sigue el ejemplo de su padre y, por fin, el yerno del multimillonario venezolano ocupa en la familia Borbón el lugar que por derecho le corresponde.