Enemigos íntimos
Fuego amigo: Pablo Iglesias destroza a Nacho Escolar con datos financieros de sus padres
El libro del ex líder de Podemos, Enemigos íntimos, desvela las miserias, silencios y pactos no escritos que sostienen a medios como ElDiario.es. Un misil contra su “casta endogámica”. Habla hasta de “farlopa” en la redacción

Ignacio Escolar, en una foto de junio de 2024.
Enemigos íntimos. Así ha titulado Pablo Iglesias su nuevo libro y no hay nombre más certero para describir la guerra soterrada -y ya no tan disimulada- que carcome desde dentro al ecosistema mediático de la izquierda española. Una guerra civil sin cuartel protagonizada por Iglesias donde lo ideológico ha dejado paso a los egos, las facturas sin pagar y las miserias compartidas de quienes, durante años, han vivido del mismo relato.
El ex líder de Podemos ha decidido pasar de las pullas veladas a los ajustes de cuentas en público. Su principal objetivo: ElDiario.es, el portal que comanda Ignacio Escolar, convertido en las últimas dos décadas en el referente autoproclamado del "periodismo progresista" y líder del equipo de opinión sincronizada de Pedro Sánchez. Iglesias desmonta esa fachada sin complejos, y apunta directamente al corazón del relato: “En ElDiario.es, el 50% de las acciones pertenecen a Nacho, a su padre y a su madre, por mucho que presuma de ser una cooperativa periodística”, escribe con bisturí en mano.
Pero no se detiene ahí. Para Iglesias, ElDiario.es no es “la casa de todos” ni mucho menos “de todas las izquierdas”, sino una empresa con intereses cruzados entre el Ibex 35 y los llamados "socios y socias", suscriptores ideológicamente afines que sostienen económicamente al proyecto pero sin poder real. La democracia interna brilla por su ausencia y el exvicepresidente no duda en señalar que la estructura del medio está diseñada para garantizar el poder absoluto del clan Escolar. Un medio, sugiere, más sanchista que de izquierdas.
Pablo Iglesias: Endogamia, farlopa y códigos de silencio
Pero si algo ha hecho ruido en las redacciones no es solo la crítica estructural, sino el retrato descarnado -y desde dentro- de lo que Pablo Iglesias describe como “una casta mediática endogámica”. "Follan entre ellos, se regodean entre ellos, y reproducen dinámicas mafiosas donde la comunicación es un teléfono escacharrado que solo circula en su universo cerrado", sentencia, sin un atisbo de filtro.
El ex líder de Podemos no se queda corto al acusar de hipocresía a quienes han sostenido esa estructura de poder mediático, y recuerda el caso Errejón como ejemplo de los silencios cómplices. “Lo de Íñigo en la noche madrileña era vox populi en las redacciones”, afirma, para rematar con una puñalada a Fernando Garea y a todo el sector: “Si hay algún sitio donde corre la farlopa, son las redacciones de este país”.
El libro de Pablo Iglesias genera ruido en Moncloa y temblor en Ferraz
El libro, en apenas unos días, ya ha corrido por pasillos, tertulias y chats de periodistas como la pólvora. El fuego amigo, dirigido contra medios teóricamente aliados, no ha pasado desapercibido ni en La Moncloa ni en Ferraz, donde crecen las sospechas de que Iglesias prepara su regreso al tablero político dinamitando todo puente con el PSOE y sus terminales mediáticas. Los sanchistas han leído Enemigos íntimos como un aviso a navegantes: o conmigo, o contra mí.
Y es que en plena campaña de lavado de cara mediático tras el caso Koldo, el ‘lawfare’ y la Ley de Amnistía, el Gobierno de Pedro Sánchez necesita medios alineados, obedientes y sin fisuras. Las denuncias de Iglesias dinamitan ese plan. En el sector audiovisual, muchos ya hablan abiertamente de un "cisma mediático" en el que Iglesias ha optado por incendiar el campo antes que dejarse marginar por la nueva izquierda mediática más moderada y más próxima al poder institucional.
Lo que parecía una pataleta de tertuliano marginado se ha convertido en un misil teledirigido. Porque la guerra ha comenzado, y esta vez, los enemigos son de casa.