Lo que no te cuentan de BlaBlaCar: viajes que prometen seguridad y terminan siendo una temeridad

BlaBlaCar se presenta como una alternativa económica y cómoda al transporte convencional, pero experiencias recientes y análisis de usuarios muestran que la plataforma no siempre garantiza seguridad ni control de los trayectos. Compartir coche es una fórmula que triunfa: reducir costes, optimizar vehículo, contribuir a la sostenibilidad. BlaBlaCar se ha posicionado como la plataforma líder de este modelo en España. No obstante, detrás de los buenos datos también emergen zonas grises que los usuarios deben conocer.

Aunque la mayoría de usuarios de BlaBlaCar son conductores responsables y respetuosos, basta que uno ponga en marcha una conducción temeraria para transformar el trayecto en una experiencia angustiante. Relatos de usuarios en foros y redes apuntan a casos donde la velocidad superó los 160 km/h, donde el móvil se usó para cambiar de canción o responder a WhatsApp mientras el coche se salía del carril, o incluso donde el conductor cedió el volante a una pasajera con el carnet recién obtenido. 

La regulación actual coloca a BlaBlaCar en una posición de intermediaria de viaje. Un informe de la 'UNECE' señala que en España, en una sentencia de 2017 del juzgado de Madrid, se concluyó que BlaBlaCar no prestaba servicio de transporte regulado sino que actuaba como plataforma de 'coche compartido'. Esto implica que no se aplican los mismos controles estrictos que en los servicios de transporte profesional: licencia, arcos de seguridad e inspección formal periódica.

Lo que cuesta vs lo que te conviene

Uno de los grandes reclamos es el precio reducido. Pero un análisis comparativo arroja otro dato: para un trayecto de Madrid a Almería de ida y vuelta, el ahorro puede no ser tan sustancial como se espera. Un viaje compartido en BlaBlaCar puede costar entre 70 y 80 € entre ida y vuelta. Si sumamos recogida en puntos intermedios que no son el origen ni el destino directo, se pueden alcanzar los 100 €, prácticamente lo mismo que viajar en autobús.

Y no solo eso: el autobús ofrece un estándar de seguridad, itinerario fijo y conductor profesional. Con BlaBlaCar, se reduce el tiempo, pero se suma la variable del riesgo: ¿el conductor descansa lo suficiente?, ¿ha dormido antes del trayecto?, ¿conoces realmente su historial de conducción? En algunos casos, la conveniencia de ahorrar puede verse superada por la incertidumbre de llegar seguro.

Condiciones 'parcialmente reguladas'

La plataforma defiende que los pagos deben realizarse a través de la app y no permite oficialmente pagos fuera del sistema. También ha incorporado mecanismos de bonificación gracias al sistema de Certificados de Ahorro Energético (CAE) del Ministerio para la Transición Ecológica: desde 2023 BlaBlaCar ofrece un 'BlaBlaBono Energético' que devuelve aproximadamente un 10 % del viaje a los pasajeros o conductores. Sin embargo, que la plataforma tenga estas bonificaciones no elimina los vacíos en cuanto a la supervisión conductiva real de cada viaje, ni la variable de realizar el pago fuera de la app, lo que puede suponer estafas. 

Además, la reciente aprobación del Proyecto de Ley de Movilidad Sostenible en el Congreso reconoce el modelo de carpooling, pero lo define aún como 'servicio de vehículo privado a título no oneroso, excepto compartición de gastos'. Esto deja claro que, pese al reconocimiento legal, la regulación específica que garantiza seguridad, fiabilidad, conductores profesionales y estándares de servicio no se equipara al transporte público o profesional.

Cancelaciones, imprevistos y excepciones peligrosas

Los pasajeros también deben enfrentarse a cancelaciones de última hora, rutas cambiadas o pasajeros adicionales que complican la experiencia. La plataforma permite que la mayoría de usuarios tengan viajes satisfactorios, pero en la excepción aparecen conductores imprudentes o decisiones arriesgadas, que convierten un trayecto económico en un riesgo real. Esta es la zona gris que BlaBlaCar no puede controlar completamente.

Aunque la mayoría de los viajeros y conductores son personas responsables y respetuosas, basta con un error o una mala decisión para que el viaje se transforme en una experiencia caótica y peligrosa, lo que evidencia la necesidad de mayor supervisión y regulación en la plataforma.

La excepción que empaña la experiencia de BlaBlaCar

Es importante subrayar que, en la mayoría de los casos, los viajes con BlaBlaCar transcurren sin incidentes. Muchas personas encuentran un asiento, comparten gastos y viajan de forma cómoda. Pero cuando la excepción aparece, con conductor somnoliento, ruta desviada, velocidad descontrolada o pasajero al volante sin experiencia; el riesgo y la ansiedad se disparan. Como se comenta en foros: 'Ni siquiera se puede confiar en los conductores con mejores valoraciones en BlaBlaCar… incluso los conductores con las mejores puntuaciones pueden cancelar en el último momento'.

Cuando sucede algo grave, el sistema no permite al pasajero exigir las mismas garantías que un transporte profesional. La combinación de baja supervisión, junto a riesgo real, más coste similar al autobús pone en cuestionamiento la imagen de 'alternativa segura y barata'.

¿Qué deberían saber los usuarios?

Algunos consejos para disfrutar al máximo de la experiencia del coche compartido son: verificar siempre la reputación del conductor, años de carnet y tipo de vehículo; asegurarte de que el punto de recogida y descenso esté claramente definido; comparar siempre el precio final (recogida extra, paradas, cambio de conductor) con una alternativa pública; tener un plan B, en caso de cancelación o emergencia, saber cómo llegar sin depender sólo de la app; y considerar que la seguridad no está garantizada al mismo nivel que un transporte regulado.

BlaBlaCar sigue siendo útil para ahorrar costes y reducir la huella de carbono, pero la combinación de supervisión laxa, falta de regulación profesional y conductores que pueden asumir riesgos hace que los pasajeros tengan que extremar la precaución. Lo barato no siempre es lo más seguro, y los usuarios deben tenerlo en cuenta antes de reservar.

La plataforma ofrece comodidad y ahorro en la mayoría de los casos, pero las experiencias extremas muestran que la excepción puede arruinar el viaje: velocidad excesiva, conductores inexpertos o trayectos improvisados son recordatorios de que la seguridad y la previsibilidad no siempre están garantizadas.

BlaBlaCar es una plataforma que ha abierto una vía de movilidad colaborativa, sostenible y accesible. Pero la promesa de 'coche compartido seguro y barato' tiene matices. Los precios pueden no ser tan competitivos cuando se suman recogidas extras y el factor tiempo no compensa siempre el riesgo añadido. Y si bien la mayoría de viajes se realizan sin problema, la excepción comprobada puede convertirse en una experiencia caótica, lejos de lo que se espera.

Si vas a usar BlaBlaCar, y muchos lo hacen, hazlo con información, con consciencia y con sentido crítico. Porque lo barato puede ser útil, pero la seguridad no puede depender solo de una valoración de cinco estrellas.