Joan Laporta, entre cortes de manga e insultos: de presidente a ultra por Dani Olmo

El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, protagonizó un lamentable episodio durante la semifinal de la Supercopa de España en Arabia Saudí. El dirigente culé, conocido por su temperamento, perdió los estribos en el palco con gestos obscenos, insultos y un enfrentamiento directo con Rafael Louzán, presidente de la Federación Española de Fútbol. Todo provocado por la tensión en torno a la inscripción de Dani Olmo y la reciente concesión por parte del CSD y del Gobierno de la cautelarísima que lo habilita para volver a jugar.

Laporta no dudó en mostrar la frustración acumulada con un corte de mangas al conocer la decisión del CSD que no dejó lugar a dudas sobre su estado de ánimo. Desde el palco, lanzó insultos como "¡Sois unos sinvergüenzas, cobardes y acojonados!" o "¡sois unos hijos de puta!" a los representantes de la RFEF, en lo que varios testigos calificaron como una auténtica escena de "ultra desatado". El espectáculo ofrecido por el presidente azulgrana dejó atónitos a los asistentes y manchó aún más el nombre del club que representa.

El momento más tenso de la noche llegó cuando Laporta se encaró directamente con Louzán. En un cara a cara que rozó lo intimidante según algunos testigos presenciales, el presidente blaugrana lanzó acusaciones y advertencias mientras Louzán intentaba mantener la compostura. "Esto es una vergüenza, no vais a saliros con la vuestra", habría dicho Laporta, en referencia al supuesto trato desigual que denuncia hacia el Barça.

El comportamiento del dirigente no pasó inadvertido, y las críticas han llegado desde todos los frentes. Aficionados y analistas deportivos han condenado la actitud de Laporta,calificándola de "indigna de un presidente" y más propia "de un hincha descontrolado". Mientras, mientras la inmensa mayoría de clubes de fútbol de España callan en una omertá vergonzosa, Y eso que incluso dentro de la afición culé hay voces que han expresado su malestar por lo que consideran un liderazgo cada vez más basado en la confrontación y el mal gusto.

Este incidente se suma a la creciente polémica por la inscripción de Dani Olmo, que ha generado malestar en el resto de clubes de LaLiga. La cautelarísima otorgada al Barcelona, percibida como un favor, ha añadido tensión al ambiente, y Laporta parece haber canalizado esa presión en una actuación que dista mucho de la altura que debería mostrar un dirigente de su calibre.