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Héctor Fort sufre una oleada de insultos homófobos al posar con una activista LGTBI

La publicación de una fotografía que era una celebración de la inclusión degenera en un virulento ataque en redes sociales contra el futbolista, cuestionando incluso su identidad sexual

Héctor Fort junto a Brigitta Lamoure, activista LGTBI@brigitta_lamoure

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Mariola López

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La imagen era tan sencilla como poderosa: Héctor Fort, jugador del FC Barcelona, posando sonriente mientras sujeta en brazos a Brigitta Lamoure, activista LGTBI y referente de la diversidad en Cataluña. Lo que debía ser una celebración de inclusión se ha convertido en otro lamentable episodio de odio en redes sociales.

Pocas horas después de que la fotografía se publicara, el joven futbolista comenzó a recibir comentarios cargados de homofobia, burlas y ataques personales. Las redes sociales se llenaron de mensajes que no solo cuestionaban su orientación, sino que dejaban en evidencia cuánto camino queda por recorrer en el deporte profesional para erradicar el odio.

Fort, de apenas 18 años, forma parte del primer equipo del Barça y representa la nueva generación de futbolistas formados no solo en técnica, sino en valores. Que un gesto tan simple como posar junto a una activista sea motivo de acoso demuestra que todavía hay sectores incapaces de tolerar la diversidad.

Amor, respeto y educación

Brigitta Lamoure, conocida por su labor en defensa de los derechos del colectivo LGTBI, ha defendido con firmeza al futbolista: “El amor, el respeto y la educación deben prevalecer sobre el prejuicio”, declaró en sus redes. Fort, por su parte, no ha respondido de momento públicamente a los ataques.

Desde el FC Barcelona no se ha emitido aún un comunicado oficial, aunque fuentes internas del club confirman su respaldo total al jugador. No es la primera vez que un futbolista recibe acoso por mostrarse cercano a causas sociales, pero en este caso el ataque ha sido particularmente virulento.

En pleno 2025, el fútbol no puede seguir mirando hacia otro lado. El respeto no puede ser negociable, y defenderlo, como hizo Fort con su fotografía, no debería convertir a nadie en blanco de odio.

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