| 20 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Pues a mí no me parece justificable el (presunto) puñetazo de Valverde a Baena

Puede ser entendible que ante una falta de respeto tan barriobajera se puedan perder los papeles. Pero no una hora después del partido y fuera del campo. No hay justificación

| Miguel Queipo de Llano Deportes

Sé que voy a ir contracorriente, pero ser salmón es algo que se me da estupendamente bien. Así que insistiré en enfilar río arriba. Quizás sea como el del chiste, ése en el que la radio informaba a un conductor acerca de "un conductor suicida que circula por la carretera, tengan cuidado", mientras el sujeto al volante bramaba "¿uno? ¡Miles! ¡Son miles!". Todo tiene que ver con la polémica surgida con la (presunta) agresión de Fede Valverde, futbolista uruguayo del Real Madrid, al del Villarreal Álex Baena en el párking del Santiago Bernabéu tras el partido que enfrentó a ambos equipos el pasado sábado. El jugador amarillo ha denunciado ante la Policía al charrúa, y el asunto se ha emponzoñado hasta límites que sobrepasan lo tolerable.

Presuntamente (el jugador del Villarreal lo niega, el entorno de Valverde dice que fue lo que provocó todo lo que vino después) Baena intentó mofarse de los problemas de salud afortunadamente solucionados del segundo embarazo de la pareja del uruguayo, que incluso temió por perder al bebé. Así que Valverde, una hora tras el partido, decidió bajar al párking, buscar a Baena y meterle dos yoyas. Fue una. Que el abuso verbal barriobajero y macarra de Baena soliviantaría al más pintado es obvio. Si en las mismas circunstancias le dicen a usted, igual que si me lo dicen a mí, lo que le dijeron a Valverde, el guantazo que le arrearíamos al listillo haría repicar a distancia las campanas de la Catedral de la Transfiguración de Novosibirsk, capital de Siberia.

Pero el hecho de que perder la compostura hasta hacerte soltar un mamporro puede ser entendible, bajo ninguna circunstancia puede ser justificable. A mi modo de ver, aún menos justificable porque fue al término del partido, una hora tras el pitido final, y en una emboscada dentro de las instalaciones del club que te paga. No, no me gustó nada. Puedo entender una cruzada de cables, porque quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. Pero no algo así si ha sido pensado y no es en caliente.

Imagino que irá en la forma de pensar de cada uno. Repito: puedo entender que ante una falta de respeeto tan barriobajera una persona pueda explotar. Pero queda en el campo, que es donde se dirimen estas cosas. Zidane liquidó los insultos de Materazzi con su cabezazo. Juanito sobreprotegió a su compañero Chendo pisándole la cabeza a Matthaus. Roy Keane decidió romperle en mil pedazos la rodilla al padre de Haaland por sus burlas unos años antes cuando el irlandés se lesionó en el estadio del City. Pero todo fue en el campo. No fuera de él.

Soy el conductor suicida. Soy el salmón que rema río arriba. Será cuestión de educación o de ser un panoli, eso lo decide usted que me lee. Pero no voy a justificar a Valverde. No me sale.