| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

PSG 1 – 0 Real Madrid: Mbappé derriba la muralla blanca

El francés pone la eliminatoria de cara de los parisinos tras superar a Courtois, el mejor del Madrid, en el último suspiro del encuentro.

| Miguel Queipo Deportes

Courtois regaló una vida extra al Madrid, que sufrió la intemerata para perder por solo un gol en el Parc des Princes ante el PSG (1-0) gracias al partidazo del portero belga, que incluso detuvo un penalti a Messi.

Los de Ancelotti despacharon un partido que hubiera firmado Trapattoni, o Maguregui, o cualquier instalador de autobuses en la vía pública. Casi sobrevive a la tormenta, pero un gol de Mbappé en el último suspiro pone en ventaja al equipo francés, que en la vuelta podrá jugar a lo que sabe: a la contra. Es curioso lo del Madrid: ahora que parece haber superado aquello de la ley del gol del ex, pone de moda la ley del gol del futuro jugador. Esto del fútbol es indescifrable.

Ancelotti apostó por su once de gala, incluyendo a Benzema y Mendy, y por mucho que en LaLiga española ha quedado claro en multitud de ocasiones, el técnico italiano parecía que no se había percatado de que jugar un 4-3-3 con Modric y Kroos en el medio, con tan poco físico, y con Asensio y Vinicius en los extremos, con tal poco retorno defensivo (más de hacer bulto que de servir realmente para defender), es una apuesta arriesgada. Más aún si el Madrid, en una decisión cuanto menos cuestionable, decidió encerrarse a defender en bloque bajo.

En los primeros cuarenta minutos, el Madrid no salió a campo contrario. No busquen mapas de calor, que lo mismo miento y entró un par de veces. Pero con menos peligro que Drácula sin dientes. Mientras, Pochettino mandó a su equipo a presionar algo más arriba de lo que acostumbra, y cargó el juego por el costado de un Carvajal que tuvo la noche que no le desearía ni a su peor enemigo: Mbappé, Verratti y Nuno Mendes percutiendo continuamente por su zona ante la indolencia de Modric y Asensio. Militâo acudía al rescate cuando podía, pero el de Leganés, que comenzó desbordado, le fue tomando el pulso al asunto y sobrevivía decentemente.

Mientras, Messi parecía Di María, muy activo, y Di María Messi, demasiado transparente, al contrario de lo habitual. El PSG atacaba pero sin demasiada mordiente, nadie como nueve ni como falso nueve en una nueva demostración de que el fútbol moderno tiene misterios insondables. Mbappé era lo más peligroso, pero las dos paradas de Courtois en el primer acto se repartieron a pachas entre el próximo jugador blanco y Nuno Mendes. El Madrid, mientras, solo se acercó a Donnarumma en un cabezazo de Casemiro en un córner en la última jugada del primer acto. El brasileño, por cierto, vio la amarilla y se pierde la vuelta del 9 de marzo.

Pareció el Madrid salir algo mejor en la segunda parte, algo menos aculado en torno a Courtois, pero duró cinco minutos. Courtois tuvo que aparecer para rechazar con el antebrazo un zurriagazo de Mbappé que se colaba y durante dos minutos el caos se apoderó del encuentro, el belga parando todo pero liándose en la salida y provocando las llegadas del equipo parisino.

Aquello parecía que podía acabar en una carnicería, más aún cuando Carvajal, al filo de la hora de juego, cometió un penalti tan claro como absurdo al derribar a Mbappé. Lo lanzó Messi y detuvo Courtois, el mejor del Madrid ya por derecho propio. La leyenda negra del 30 del PSG escribió una nueva página ante los blancos: penalti fallado, una constante en su carrera, y otro partido en que se iba sin conseguir hacer un gol al trece veces campeón de Europa.

Desde ahí, el partido fue un monólogo. Con Benzema y Vinicius aislados como islotes, sin oler un balón, el PSG se lanzó con todo para intentar marcar. Una presión asfixiante, con Mbappé de maestro de ceremonias, Messi siendo un incordio y, si fuera poco, con Neymar apareciendo en el partido en el tramo final para poner las cosas aún más complicadas. Pero el Madrid pareció aguantar, resistiendo las embestidas. No con el mejor estilo, pareciendo más el Numancia (que me perdonen los aficionados del equipo soriano) que un tantas veces campeón de Europa.

Y el fútbol castigó la racanería. En la última jugada del partido, Mbappé se fue de Militâo y Lucas Vázquez para superar a Courtois. 1-0. Veintidós remates a puerta después, el PSG conseguía doblegar al portero belga, el que mantiene al Madrid con vida porque este resultado es remontable, aunque costará media vida levantarlo: sin Casemiro y Mendy todo será un poco más difícil. Pero también, de lograrse, un poco más valioso.