| 21 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Gio Queiroz, entrenando en un partido del Levante.
Gio Queiroz, entrenando en un partido del Levante.

Una ex del Barcelona denuncia "conductas abusivas" y el club las desmiente

Gio Queiroz, futbolista culé cedida en el Levante, ha escrito una carta en la que reconoce haber estado "expuesta a situaciones humillantes y vergonzosas durante meses dentro del club".

| Agustín Díaz Deportes

La futbolista brasileña Gio Queiroz, cedida en el Levante por el Fútbol Club Barcelona, ha publicado hoy una carta dirigida al presidente del club catalán, Joan Laporta, en la que denuncia que sufrió "conductas abusivas" cuando llegó al equipo en verano de 2020. 

 


Después de ser bien recibida, según sus propias palabras, tanto por el club como por sus nuevas compañeras, asegura que todo se torció la primera vez que fue convocada por la selección brasileña de fútbol. "Primero recibí indicaciones de que jugar con la selección brasileña no sería lo mejor para mi futuro dentro del club", denuncia Queiroz, que añade que "me estaban acorralando de una manera abusiva para que renunciara a la selección. Se utilizaron métodos arbitrarios para perjudicar mi vida dentro del club". Además, denuncia un "confinamiento ilegal" y "amenazas" con ser apartada por parte de la jefe de los servicios médicos del club.

Le acusaban de ser contacto directo de un positivo por COVID. Según la jugadora del Barcelona, no era así, pero "al final, me encerraron ilegalmente y no pude salir de casa. No podía entrenar ni tener una rutina normal. Estaba devastada". 

"Tras cumplir la cuarentena impuesta", prosigue Queiroz, "recibí la autorización de la FIFA para incorporarme a la Selección Brasileña en Estados Unidos, con pleno conocimiento del club... Al volver, fui acusada de haber cometido una grave indisciplina y que, por ello, sería apartada del equipo y sufriría graves consecuencias. Me quedé en shock". 

"Volví a casa completamente destrozada. Lloré muchas veces. Sentí un enorme vacío. No tenía fuerza para luchar por mis derechos. A partir de ese momento, mi vida cambió para siempre. Estuve completamente expuesta a situaciones humillantes y vergonzosas durante meses dentro del club. Estaba claro que él buscaba destruir mi reputación, minar mi autoestima, degradar mis condiciones laborales y menospreciar e infravalorar mis condiciones psicológicas". 

La versión del Fútbol Club Barcelona, que recoge el diario AS, es que estudió el caso de la jugadora a nivel interno y que lo zanjaron por no haber ninguna prueba de irregularidad. También, que la jugadora acudió a la FIFA para denunciar su situación y que la institución dio la razón al club en este conflicto.