| 29 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pedro Sánchez junto al presidente socialista de Castilla La-Mancha, Emiliano García-Page.
Pedro Sánchez junto al presidente socialista de Castilla La-Mancha, Emiliano García-Page.

El PSOE no respeta las instituciones: sus barones boicotean al Senado por miedo

La espantada de los presidentes autonómicos socialistas de la Comisión General para debatir sobre la amnistía es otra falta de respeto más que hay que sumar a la cuenta de Sánchez.

| ESdiario Editorial

Este jueves se reúne en el Senado la Comisión General de las Comunidades Autónomas donde han sido citados todos los presidentes regionales para debatir sobre la igualdad de los españoles en el contexto de ley de amnistía que negocia el PSOE con los separatistas catalanes de cara a facilitar su investidura.

Los tres presidentes socialistas de Comunidades Autónomas han declinado la invitación y no acudirán. La versión oficial de la navarra María Chivite y del castellano-manchego Emiliano García-Page es que tienen sesión plenaria en sus respectivos parlamentos regionales. El asturiano Adrián Barbón se escuda en los Premios Princesa de Asturias que se entregan el viernes en Oviedo. La versión extraoficial de los tres es muy diferente. No quieren prestarse, dicen, a la instrumentalización política del Senado por parte del PP que goza de mayoría absoluta y puede manejar a su antojo los tiempos y los debates que allí se produzcan.

Pedro Sánchez habla con la líder del PSOE en Navarra, María Chivite, durante un acto en Pamplona.

La realidad, sin embargo, parece muy distinta. Los barones socialistas quieren evitar tener que pronunciarse en público sobre la ley de la amnistía porque no conocen a ciencia cierta el estado de las negociaciones de Sánchez con los separatistas y, en consecuencia, les parece un terreno resbaladizo en el que es muy fácil tropezar. Cualquier cosa que digan puede ser usada en su contra o en contra de las negociaciones.

Más allá de las motivaciones de unos y otros para no acudir al Senado se trata sin duda de un claro desprecio al Senado, sede junto al Congreso donde está representada la soberanía nacional y, por si fuera poco, cámara de representación territorial. Es decir, por respeto a las instituciones, a los españoles y a sus respectivas comunidades autónomas deberían acudir, dar la cara y tragarse el sapo, por muy duro que resulte.

 

Si ya habían quedado en mal lugar con su negativa a acudir al Senado, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha aceptado la invitación y ha dejado así en completa evidencia a los barones socialistas. El presidente de la Generalitat acude a explicar su propuesta de amnistía y en el PSOE tiemblan. Los socialistas argumentan que las negociaciones van a ser sin filtraciones a la prensa y discretas hasta que haya un acuerdo, pero llega Aragonès y rompe ese supuesto silencio y esa teórica discreción.

El presidente de Cataluña probablemente quiere ganar protagonismo frente a Carles Puigdemont, pero su presencia en el Senado parece indicar que no hay nada cerrado con Sánchez. Le va a marcar en público unas líneas que van a ser difícilmente movibles. Una jugada con la que probablemente Sánchez no contaba y que le pone más complicadas las cosas.