| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pedro Sánchez, en el Congreso
Pedro Sánchez, en el Congreso

La publicidad de Sánchez se paga con dinero de Europa y de los españoles

El Gobierno pretende dedicar los Fondos Europeos a baratijas ideológicas con los recursos de Bruselas y recortes e impuestos para los ciudadanos españoles.

| ESdiario Editorial

 

El presidente del Gobierno presentó en el Congreso su Plan de Recuperación, en otra sesión que antepuso su propaganda personal a la gestión correcta de los Fondos Europeos y a la explicación de las reformas que contempla, muchas de ellas desconocidas y otras directamente equivocadas, con la fiscal al frente por su carácter confiscatorio y contraproducente.

El entusiasmo de Sánchez no se corresponde ni con la realidad financiera de España ni con los consejos de las principales instituciones financieras: ayer mismo la OCDE aconsejó evitar subidas de impuestos en plena recesión y el FMI instó al Gobierno a aplicar reformas estructurales para no convertir las ayudas en una mera manera de subvencionar la agenda ideológica de un Gobierno sin brújula.

 

El carácter personalista de la gestión del rescate europeo puede serle suficiente en España para mantener el espejismo de que todo marcha razonablemente, pero antes o después acabará chocando con Bruselas si no se ejecuta con solvencia y transparencia.

Sánchez se paga su promoción alocada con recursos ajenos y esfuerzos nacional: es inaceptable

Los propios Fondos no están asegurados al 100% y siguen pendientes de una resolución del Tribunal Constitucional de Alemania. Además, Bruselas controlará su ejecución con exigentes exámenes bianuales que, de no ser superados, comportan en los casos más graves la suspensión de las transferencias.

¿Qué reformas?

Más allá de eso, los Fondos son un balón de oxígeno temporal, pero nunca la salvación del país: su importe de 140.000 millones para varios años equivale casi al déficit español de un solo año, 2020, cifrado en 123.000 millones de euros. Las ayudas se concederán espaciadas en cinco años, con la mitad de ellas en formato de préstamo, lo que frena el optimismo y perfila su auténtica dimensión, mucho más limitada de lo que Moncloa quiere hacer ver a la ciudadanía.

En unos días se conocerá la dimensión exacta de las reformas fiscal, laboral y de pensiones que, junto a la imprescindible pero olvidada de la Administración Pública, son el verdadero meollo de la cuestión. Y sería muy indignante que en todas ellas se aplicaran recortes y subidas mientras Sánchez, con dinero ajeno, se financia su lamentable agenda ideológica.