Sánchez prueba en sus carnes el poder autonómico del Partido Popular

Gobernar contra media España es irresponsable y muy difícil. Pedro Sánchez podrá ser investido presidente si se humilla y nos humilla a los españoles ante los separatistas, pero le espera un camino de espinas por delante. Lo puedo comprobar este jueves en la reunión de la Comisión General de las Comunidades Autónomas en el Senado donde los presidentes de las comunidades autónomas donde gobierna el Partido Popular hicieron una exhibición de unidad y fortaleza frente a los desmanes democráticos de Sánchez.

La ausencia del Gobierno y de los presidentes autonómicos socialistas -Chivite, Barbón y Page- evitó a unos y otros tener que pronunciarse sobre la ley de amnistía que negocia Sánchez con el prófugo Puigdemont, pero no les libró de recibir un aluvión de críticas de los representantes del 70% de la población española.

Fueron unos discursos contundentes, firmes y coincidentes en lo esencial: las comunidades autónomas gobernadas por el Partido Popular no se van a quedar de brazos cruzados mirando cómo Sánchez humilla a España, destruye la igualdad de los todos los ciudadanos ante la ley con la amnistía y con las prebendas y beneficios económicas y fiscales que tendrá que otorgar a Cataluña si quiere seguir en la Moncloa.

Moreno no se resigna a perder ante los intereses personales de Sánchez

Desde Ayuso a Mazón pasando por Moreno, Mañueco, Rueda o Azcón, entre otros, los presidentes autonómicos harán todo lo posible para poner palos en las ruedas a los planes de Sánchez. Esos planes son en buena medida los que narró en su discurso el presidente de la Generalitat de Cataluña. Pere Aragonès dejó claro que la amnistía es el punto de partida de un camino que acaba necesariamente en un referéndum de independencia.

Presidentes y presidentas autonómicos del PP en el Senado durante la Comisión.

Sánchez, por su incomparecencia, la de su partido y la de todo su Gobierno, dejó a los presidentes del PP la tarea de defender a España ante los insultos de Aragonès que habló de nuestro país como un Estado represor que ha emprendido una causa general contra el independentismo. Ante la dejación de funciones de un presidente atado de manos y pies por su ambición y afán de poder, el PP tuvo que asumir la defensa de la ley, la Constitución y la dignidad de nuestro país.