| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Sánchez no tiene quien le tosa y prepara su “golpe de mano” en el PSOE

Parece que Sánchez va a “bunkerizar” la dirección socialista en otoño, aunque tal como está el patio del puño y la rosa, no parece que sea ni urgente ni necesario.

| Esther Jaén España

Si algo ha quedado claro este último fin de semana, tras la reunión del Comité Federal del PSOE, es que no hay quien le tosa al presidente del gobierno y secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez. Atrás quedan aquellos tiempos en los que el otrora líder socialista y también presidente del gobierno, Felipe González, aun con mayorías absolutísimas, soportaba estoicamente y respondía a las críticas de la corriente Izquierda Socialista, o veía cómo ciertos “barones” le echaban pulsos, amenazando con dimisiones y poniéndole en dificultades a cuenta de políticas nacionales que afectaban intereses de sus respectivas regiones (José Bono, en su calidad de presidente de Castilla-La Mancha se las tuvo tiesas con el entonces ministro de Infraestructuras, Josep Borrell, a cuenta del recorrido del AVE por su territorio; el que fuera presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, amenazó también con dimitir si se ponía en marcha una nueva planta de la central nuclear de Valdecaballeros y ambos se salieron con la suya tras sus pronunciamientos. Sin rencores, porque así era la política entonces.

Lo que opinan de esta arriesgada apuesta del Gobierno es bien sabido, puesto que lo han dicho ante los medios de comunicación, pero perdieron la oportunidad de decírselo cara a cara a su líder

El pasado sábado, se inauguraba la etapa de la crítica por omisión. Los barones que más críticos han sido con la concesión de los indultos a los condenados por el 1-O, el castellano-manchego Emiliano García-Page, o el aragonés, Javier Lambán, no asistieron a la reunión del máximo órgano entre Congresos del PSOE, aunque se apresuraron a esgrimir sus razones médicas. Lo que opinan de esta arriesgada apuesta del Gobierno es bien sabido, puesto que lo han dicho ante los medios de comunicación, pero perdieron la oportunidad de decírselo cara a cara a su líder, que, convertido en una especie de gurú, de sabio que escuchaba crecer la hierba, ante un público entregado, se presentó como el hacedor de una política “valiente”, en pro del bien de España y de los españoles que no terminan de ver nada claro su Plan, si atendemos a los resultados de las encuestas publicadas.

Tampoco asistió el extremeño Guillermo Fernández-Vara, aunque este último ya había mostrado un cambio de percepción ante la concesión de los indultos, tras la carta abierta del líder independentista Oriol Junqueras, en la que asumía, entre otras cosas, la renuncia a la vía unilateral.

"A Lambán le moverán la silla, aunque no está claro que vayan a más, pero con Page… no creo que se atrevan, porque él tampoco deja que le crezcan los críticos a su alrededor".

Hace casi cuatro años, uno de los fieles escuderos de Sánchez argumentaba la política de “no agresión” contra los barones que no le habían apoyado en su duelo contra la hoy ya caída en desgracia, pero todavía secretaria general del PSOE de Andalucía, Susana Díaz, con un sencillo “no vamos a ir a por ellos, porque están muy fuertes… tienen el poder institucional y eso te genera muchas adhesiones, que son inquebrantables mientras sigas ganando”. Siguiendo este razonamiento, tan simple como real, Susana Díaz dejó de gobernar, perdió el poder institucional y ha perdido la batalla final con Sánchez. Game over.

¿Qué va a ser de Page y de Lambán de cara a sus respectivos congresos? Según los cálculos de uno de los actuales miembros de la Ejecutiva socialista, que da por hecha ya su salida de la cúpula tras el próximo congreso de Otoño, “A Lambán le moverán la silla, aunque no está claro que vayan a más, pero con Page… no creo que se atrevan, porque él tampoco deja que le crezcan los críticos a su alrededor”.

Lo que sí parece que está claro es que Sánchez va a darle una vuelta más de tuerca a su Ejecutiva, donde no hay barones: ni críticos, ni fans del líder. Nadie le hace sombra en su cúpula. La va a reducir y se va a hacer más fuerte si cabe en su seno, aseguran sus más cercanos. ¡Como si no lo fuese ya! Parece que Sánchez va a “bunkerizar” la dirección socialista en otoño, aunque tal como está el patio del puño y la rosa, no parece que sea ni urgente ni necesario.