| 01 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Pedro Sánchez en una reciente imagen en Madrid
Pedro Sánchez en una reciente imagen en Madrid

Dos tragos amargos para Sánchez a costa de la amnistía: 12 y 13 de diciembre

En Moncloa confían que superados esos dos tragos que pueden ser complicados de digerir, la Navidad ayude a que la gente los olvide para volver después de Reyes con un panorama mas despejado.

| Benjamín López España

Antes de marcharse de vacaciones de Navidad, Pedro Sánchez tiene que afrontar dos momentos complicados y consecutivos, los días 12 y 13 de diciembre, que van a dar mucho de qué hablar. La estrategia, en todo caso es clara: pasar esos tragos justo en vísperas de las fiestas navideñas con la esperanza de regresar después de Reyes con el panorama más despejado y, esperan en el Gobierno, con el suflé de la amnistía y el verificador desinflado.

Ambas citas tienen escenarios parlamentarios, pero muy alejados entre sí. El día 12 se debatirá en el Pleno del Congreso por primera vez la ley de amnistía. El PSOE ha probado con varios argumentos para justificar este ley, algunos de ellos incompatibles entre sí, y no han conseguido convencer a casi nadie a tenor de las encuestas que se han publicado.

 

Veremos ese día 12 cómo intentan hacernos creer que la amnistía no es una compra de votos para investir a Pedro Sánchez sino una especie de bálsamo milagroso que acabará con todos los problemas en Cataluña sin ofender y agraviar al resto de los españoles.

Superado ese trago del día 12, solo 24 horas después, el 13, Sánchez viajará a Estrasburgo para intervenir en el Parlamento Europeo y dar cuentas del semestre de presidencia española de la UE. Allí coincidirá con el eurodiputado, prófugo de la justicia y socio de investudura, Carles Puigdemont.

Lo lógico sería que si no tiene inconveniente en aceptar los votos de Puigdemont, tampoco lo tenga en aceptar su mano.

Ese día y más allá de la foto con Puigdemont, Sánchez tendrá que escuchar a muchos parlamentarios europeos echándole en cara su corrupción política: mantenerse en el poder comprando votos a cambio de leyes que olvidan los delitos de los políticos que tienen que darle sus votos. 

En el Gobierno y en el PSOE, que se mezclan hasta hacerse ya imposible distinguirlos, creen que el tiempo lo cura todo y que las fiestas navideñas contribuirán a aplacar los ánimos. Es difícil que eso suceda porque la ley de amnistía tienen aún un recorrido de meses por la Cortes y sus encuentros con ERC y Junts en Suiza o donde sean seguirán haciendo correr ríos de tinta