La calculada detención de Zaplana abre los ojos al PP: "Nos espera un infierno"

La detención de Eduardo Zaplana justo cuando en la Comunidad Valenciana la corrupción empezaba a apuntar, por primera vez en años, al PSPV y el Bloc y no al PP, ha sumido en una profunda preocupación a los populares.

En el partido se preguntan a esta hora no tanto por qué, puesto que el exministro lleva años en el filo de la navaja policial y judicial, sino por qué ahora.

Por qué ahora, en vísperas de la sentencia de Gürtel y con la herida del caso máster aún abierta, salta a la palestra un caso que se remonta a su época de presidente de la Generalitat, entre 1995 y 2002. De hecho los investigadores creen que cobró mordidas por más de 10 millones de euros, pero éstas estarían prescritas. Es el blanqueo posterior de capitales lo que sigue vivo.

Y tras preguntárselo concluyen que el caso Zaplana es la prueba de que el PP no va a tener respiro hasta las elecciones municipales y autonómicas. "Todos los elementos están alineados en nuestra contra", se lamentaba en los pasillos del Congreso un diputado popular. "Nos espera un infierno hasta las elecciones". 

Entre esos elementos, la Judicatura: este martes el Gobierno de Mariano Rajoy sufrió la primera huelga conjunta de jueces y fiscales de la historia, con un seguimiento notable de hasta el 65% en el caso de los magistrados. Reclamaban, entre otras cosas, la despolitización del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Y están que muerden con el Ejecutivo.

En plenos registros de la operación Erial de la UCO, el PP procedió inmediatamente a la suspensión de militancia de Zaplana ante la "gravedad" de los hechos y a la apertura de un expediente informativo que instruirá el Comité de Derechos y Garantías del PPCV, no Génova.

Tanto Isabel Bonig desde Valencia como Fernando Martínez Maillo desde Madrid se apresuraron a recordar que Zaplana lleva diez años apartado de la primera línea.

Concretamente desde que en 2008 en el famoso Congreso nacional del PP en Valencia Rajoy se desprendió unos cuantos dirigentes que le dejó en herencia José María Aznar, como Eduardo Zaplana y Ángel Acebes.  

Cierto, pero Zaplana lo fue casi todo en el partido de Rajoy. Y aunque pertenece a otra época, se le ha aparecido al PP en el peor momento. 

Zaplana llega a su casa de Benidorm tras los registros efectuados por la UCO en su domicilio de Valencia https://t.co/k4cRMa7nbh pic.twitter.com/a7zt5d36Z7

— Europa Press (@europapress) May 22, 2018