| 08 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Mariano Bacigalupo
Mariano Bacigalupo

Ribera se "blinda" un año más con el 'puestazo' de su marido en la CNMC

Mariano Bacigalupo se mantiene un año más como encargado de revisar la regulación energética de su esposa, la ministra Ribera

| M.C España

Después de un año en el que el precio de la tarifa de la luz ha marcado máximos históricos, el Gobierno ha prometido aplicar medidas energéticas que reduzcan el impacto económico en las familias. Unas políticas que, aunque estén en manos del Ministerio para la Transición Ecológica, deben contar con la supervisión de organismos externos al ejecutivo.

Es el caso de la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC), que se encarga de velar por los intereses de todos los agentes y asegurar que las medidas del Gobierno, por ejemplo, no afectan de manera excesiva al libre mercado. Un organismo autónomo que no responde ante la Moncloa, aunque durante este 2021 ha habido vinculaciones entre ambas partes.

Y es que la ministra Teresa Ribera, encargada de mitigar ese impacto del ascenso de la tarifa de la luz, está casada con el principal supervisor de la CNMC en esta materia, Mariano Bacigalupo. Algo que resulta chocante y que incluso la presidenta de la comisión, Cani Fernández, ha intentado corregir con una rotación de puestos dentro del organismo. 

Algo para lo que no ha conseguido obtener los apoyos necesarios y que ha contado con la negativa del propio marido de la ministra. Según informa el diario El Mundo, varios consejeros del organismo, que forman parte de la sala reguladora, han exigido a la presidenta que firme un documento en el que se compromete a no aplicar cambios en los puestos de consejeros de la CNMC, uno de ellos el de Bacigalupo, hasta como mínimo el año 2023. 

Algo a lo que la presidenta ha cedido, por lo que estaremos un año más con un organismo público que tiene que vigilar a la ministra encargada de legislar, con su marido dentro de esa comisión. Una posición que no tardará en abandonar, ya que la Ley recoge que, como máximo, un supervisor estará como máximo 6 años en el cargo. 

Dentro de la comisión existen varias salas en las que se supervisan diferentes aspectos del mercado y la Ley recoge que se deberían rotar los puestos de los consejeros de la CNMC de una sala a otra. Esto se hace para evitar que los cargos puedan ser sensibles a determinados intereses de empresas externas al Estado que puedan influir en la toma de decisiones de los consejeros. 

Algo que, de momento, no ocurrirá con Bacigalupo, aunque puede que exista algún interés al estar casado con la ministra Ribera. Un interés que no se ha demostrado, por lo que en estos instantes la relación entre Gobierno y el organismo es la habitual en estos casos, según informa El Mundo. Aún así, Sánchez parece que no ve con malos ojos que el marido de Ribera esté en ese puesto. 

Y es que el Gobierno ha apoyado la continuidad de Bacigalupo. Algo con lo que la actual presidenta, aunque ha “tragado” y ha firmado su prolongación en el cargo, no se ha mostrado a favor de ello: “Es verdad que el organismo tiene una serie de reglas de funcionamiento, tanto en su ley de creación como en su estatuto orgánico, como en su reglamento interno, que indican que los consejeros deberán rotar entre las salas y que se prohíbe la adscripción permanente de un consejero a una de ellas”, llegó a subrayar en una entrevista para El Mundo.