| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pedro Sánchez, junto al presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.
Pedro Sánchez, junto al presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.

El 13-F arruina los planes de Sánchez y le obliga a salir del confort de Moncloa

El primer semestre del 2022 está diseñado para el lucimiento del presidente, atrincherado y repartiendo el maná europeo. Pero tendrá que rendir cuentas y examinar a Frankenstein en las urnas

| Javier Ruiz de Vergara España

 

El 13-F arruina los planes de Sánchez y le obliga a salir del confort de Moncloa from ESdiarioTV on Vimeo.

 

El cuento de la lechera de Pedro Sánchez lleva camino de acabar como el original: con el cántaro socialista derramado en las urnas. El golpe de mano protagonizado este lunes por el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco -en un movimiento replicado del de Isabel Díaz Ayuso en Madrid - ha hecho saltar literalmente por los aires la hoja de ruta de La Moncloa para el primer semestre del 2022. Y queda por ver de si de la segunda mitad de la legislatura.



Habrá 13-F en Castilla y León pero son muchos en el PP y en el Gobierno los que consideran que lo puede haber también en Andalucía y en la Comunidad Valenciana, tal como ESdiario ha venido informando sobre los planes del socialista Ximo Puig. Sería el primer barón del PSOE que marcaría distancias con Sánchez ante la creciente e imparable oleada de enfado ciudadano.

La Ley Electoral y la distribución geográfica de Castilla y León abonan la posible mayoría absoluta del PP, todo un mazazo para la estrategia de Sánchez de arrinconar a Casado.


Así, el escenario diseñado por el presidente del Gobierno se ha venido abajo. Donde preveía un virus derrotado, se augura un primer trimestre terrible, con la variante ómicron ya preponderante y con una capacidad letal de contagios al regreso de las fiestas navideñas.

Donde Sánchez auguraba paz social -gracias en buena medida al reparto de los Fondos Covid de la UE- hay ya una rebelión laboral de diversos sectores, agravada por los precios disparados y unos sueldos congelados. Y donde Sánchez preveía paz política gracias a la aprobación de los Presupuestos Generales y la reafirmación de la coalición Frankenstein, el PSOE deberá examinarse en las urnas el 13 de febrero.

 

A Pedro Sánchez (este domingo en el Congreso del PSC) se le acaba el tiempo de "jugar en casa". Va a tener que bajar a la calle.

 


En estas elecciones anticipadas está en juego además un preciado botín: el de los votos de Cs que Albert Rivera acumuló en las autonómicas de 2019. Pero todas las encuestas, salvo el CIS de José Félix Tezanos, confirman que el votante que huye de un partido naranja en descomposición, ya mira al PP.

En este escenario llega Sánchez a las urnas en Castilla y León. Con un candidato sin punch, Luis Tudanca, en una región caladero histórico del PP y con Ciudadanos amenazando quiebra. Poco más esperanzador será el horizonte si Juanma Moreno replica el movimiento estratégico de Fernández Mañueco. Y más inquietante si Ximo Puig hace lo propio y acaba perdiendo la Generalitat sostenida por el Frankenstein populista valenciano.



El terremoto político desatado este lunes en Valladolid va a tener réplicas en la madrileña calle Ferraz, cuartel general del PSOE. Y, por si fuera poco, el 13-F se pondrá a prueba el fenómeno de moda, el yolandismo.

Pero está por ver que Yolanda Díaz quiera examinar su proyecto en las urnas de Castilla y León. Y si quiere arrastrar su operación imagen de la mano del dúo Sánchez-Tudanca. Los fantasmas de Pablo Iglesias y Ángel Gabilondo deambulan por Moncloa y por la sede de Podemos. O por mejor decir, por el despacho principal de la vicepresidencia segunda del Gobierno.